Oporto es la segunda ciudad más grande de Portugal y una de las más coloridas. La ciudad es considerada la capital de la gastronomía en el país con abundantes restaurantes de pescados y mariscos a lo largo de la ribera del río Duero, el lugar donde se elabora uno de los mejores vinos del mundo y además su centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. Motivos suficientes para conocerla, ¿Verdad? Nosotros tuvimos la oportunidad de pasar allí un fin de semana, al encontrar vuelos baratos desde Madrid y visitaríamos la ciudad con una escapada a Guimaraes.
Breve historia de Oporto
Fue fundada por los celtas en la desembocadura del río Duero, ocupada por los romanos hasta el siglo IV, convirtiéndola en un influyente puerto comercial y rebautizándola con el nombre de "Portus Cale". En el siglo V fue invadida por los visigodos y tres siglos más tarde ocupada por los musulmanes.
No fue hasta el siglo IX cuando fue liberada por el rey de Asturias, Alfonso III, convirtiendo Portugal en un Condado, siendo Oporto capital del mismo. Afonso Enríquez, conde de Portugal, derrotó al rey de León en 1139 y estableció un nuevo reino desde el sur del Reino de Galicia, instaurando la base para la independencia de Portugal. Cinco años más tarde, en 1143, Afonso Enríquez fue reconocido como el primer rey de Portugal por el rey Alfonso VII de León.
Más tarde, en el siglo XIV, Juan I de Portugal se casó con Filipa de Lancaster, sobrina de Enrique III de Inglaterra y después de su matrimonio, ambos países firmaron el Tratado de Windsor, la alianza militar más antigua entre dos países. Tras la Era de los Descubrimientos, en África Occidental y América, Portugal se convirtió poco a poco en un centro comercial influyente y sus puertos, incluido Oporto, crecieron sustancialmente. Los renombrados astilleros de la ciudad construyeron las embarcaciones utilizadas en los grandes viajes. Los ciudadanos de Oporto son conocidos desde el siglo XV como "tripeiros", que significa literalmente "comedores de callos", ya que las mejores partes de los animales fueron entregadas a los marineros que navegaron para conquistar otros mundos.
De 1580 a 1640, la Península Ibérica se unió y pasó a depender de los reyes de los Habsburgo españoles, Oporto y la mayoría de las ciudades más importantes de Portugal se opusieron a esta unión y en 1640, Oporto apoyó el motín de Lisboa que finalmente rompería la unión de la Península. Siglos más tarde, las tropas napoleónicas invadieron Portugal en 1807, y junto con el resto de la Península Ibérica estuvieron bajo control francés hasta su retirada en el invierno de 1813-14.
Ya en el siglo XX, Oporto se convirtió provisionalmente en la capital de Portugal cuando Paiva Couceiros proclamó la "Monarquía do Norte" pero la reacción republicana inmediata puso fin al levantamiento. Vino después la dictadura de Salazar, hasta 1974, en el que la infraestructura de Oporto fue muy mejorada y el puente de Arrábida fue construido en 1963. Después de la proclamación de la democracia, Oporto fue considerada capital cultural de Europa en 2001.
Nuestro alojamiento en Oporto
Tuvimos la suerte de alojarnos en el hotel de lujo más prestigioso del centro histórico de Oporto por menos de 100€ la noche en régimen de alojamiento y desayuno. El hotel Infante Sagres cubrió de sobra nuestras expectativas. El interior del edificio, de interés histórico, es de gran riqueza decorativa, con objetos y muebles de madera esculpidos de manera artesanal combinando el gusto del estilo clásico con la funcionalidad del moderno y su situación para recorrer la ciudad es inmejorable. ¡Todo un cinco estrellas a precio asequible!
Qué ver y visitar en Oporto
Actualmente esta ciudad cuenta con más de 1,7 millones de habitantes y está sufriendo un gran auge turístico gracias al encanto de sus paisajes y a la proximidad con el país vecino, España. Oporto ofrece un ambiente único de barrios dotados con un aire antiguo y decadente y callejuelas estrechas, pero rodeadas de un ritmo de vida alegre y festivo. Destacan también sus barrios elegantes, con fachadas únicas decoradas con azulejos. Acompañadnos en las diferentes visitas...
Primer día (Recorrido)
Iglesia del Carmen
Cerca de nuestro hotel se encontraba esta peculiar iglesia decorada con hermosos azulejos. Construida durante la segunda mitad del siglo XVIII. La iglesia posee dos fachadas, ya que se trata de dos iglesias unidas. La primera sería la de un antiguo convento de los Carmelitas del siglo XVII y estilo barroco. La segunda es la actual Iglesia del Carmen, que entremezcla el barroco y el rococó. La fachada lateral lo ocupan los clásicos azulejos portugueses, azules y blancos.
Bajamos una por una empinada calle contigua a la iglesia, hasta llegar a uno de los iconos de la ciudad.
La Iglesia y Torre de los Clérigos
Es una iglesia de estilo barroco que se considera el hito de la ciudad. Con su torre estrecha que brinda una vista panorámica excepcional de la ciudad desde arriba, 76 metros de altura que sobresale como una lanza en el paisaje urbano y que se ve increíblemente de gran tamaño junto a la pequeña iglesia.
Por 2 euros se puede visitar la torre y la iglesia. Sin embargo, solo recomendamos el ascenso a personas que no sufran de vértigo, ya que no es raro que falte alguna rejilla en las ventanas de las escaleras durante el ascenso. Es una visita obligada para los fotógrafos o viajeros interesados en la arquitectura.
Y aunque parezca mentira, nos dirigimos después a una estación de tren.
Estación De Tren de San Benito
La mayoría de estaciones de trenes de las ciudades no suelen ser una atracción turística, pero la de Oporto es una excepción. Las paredes de la estación de trenes de "Porto Sao Bento" están decoradas con aproximadamente 20.000 azulejos, que datan de 1905, todos los cuales forman hermosos murales en 3 lados de las paredes del edificio en los que se retrata la historia de Portugal.
Su ubicación no es casual, pues fue construida sobre las ruinas del antiguo Convento de Sao Bento del Ave María, que daría nombre a la posterior estación y que había sido destruido en un incendio. La arquitectura del complejo recuerda a las estaciones francesas de la primera mitad del siglo XX.
Después nos dirigimos hacia la Catedral (en portugués Sé) recorriendo preciosas calles que nos haría el paseo ameno, olvidándonos de que todo el camino era de subida.
Catedral de Oporto
Esta iglesia católica romana ubicada en el centro histórico de Oporto, es una de las iglesias más antiguas y conocidas de la ciudad. Su ubicación, en la cima de una colina, sirve como un buen lugar para una vista panorámica de la ciudad. Con su exterior barroco, su impresionante fachada románica y su nave con un pequeño toque de estilo gótico en el interior, la iglesia es una visita obligada para los viajeros interesados en la historia de la ciudad.
El edificio religioso, que originalmente data del siglo XII, parece casi una fortaleza. Sin embargo, un siglo después, la iglesia fue completamente reconstruida y "modernizada" nuevamente en el siglo XVIII. A pesar de las medidas de mejora, la estructura básica románica se ha conservado.
Iniciamos la bajada hacia la ribera del río Duero por calles y callejuelas aún más estrechas y sinuosas.
Praça da Ribeira
Es el lugar donde el casco antiguo se abre a la orilla del río. Allí empieza el paseo marítimo de Cais de Ribeira. Por supuesto, hay un restaurante al lado del siguiente, toda una oferta de variados y suculentos menús de pescado. Y desde luego probamos unas ricas sardinas, pulpo y bacalao.
El entorno era encantador y sorprendente, por primera vez vimos el famoso puente de hierro que atraviesa el río Duero uniendo los dos márgenes. El ambiente que se respiraba era el ideal para sentarse en una mesa y disfrutar de las vistas y de la gastronomía portuguesa.
En este lugar se entiende porque la UNESCO define a la ciudad de Oporto como "la ciudad que siempre estuvo estrechamente vinculada con la actividad marítima, fuente de su prosperidad secular".
El Puente de Luis I
El Puente de Luís I se ha convertido en el símbolo de Oporto. El puente de hierro de dos pisos fue diseñado por la empresa de Gustav Eiffel en 1886 y ahora es una postal popular y un motivo fotográfico. El piso superior está reservado para los peatones y el tranvía, mientras que en el piso inferior el tráfico pasa por el Duero.
Intentamos después llegar hasta las murallas y no fue fácil, Oporto está ubicado en cuatro colinas, y no siempre es fácil encontrar el camino en la maraña de calles.
Murallas Fernandinas
Hasta hace unos siglos, Oporto estaba protegida por la llamada Muralla Fernandina, aunque mucho antes también contó con una muralla romana. Comenzaron a construirse a mediados del siglo XIV, en plena Edad Media, cuando la ciudad comenzaba a expandirse. El rey Fernando (que les daría nombre) ordenó levantar unas nuevas murallas de casi 10 metros de altura, dentro de cuyo perímetro iría configurándose el casco histórico de Oporto. Por lo tanto, son consideradas también por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Para acabar el día que mejor que ir a cenar a un restaurante donde hubiera un recital de "fados", la expresión más conocida internacionalmente de la música portuguesa. Justo al lado de nuestro hotel, se encontraba el restaurante Guarany donde pudimos disfrutar de una magnífica velada.
Camareros con traje blanco, mesas peripuestas, muchos cubiertos, vasos y copas. Uno se siente como si se hubiera colado en un café de la Belle Époque. La comida estuvo muy bien y el precio es razonable.
Segundo día (Recorrido)
Librería Lello
Estábamos alojados cerca de ella y fue nuestra primera visita en nuestro segundo día en Oporto. No es una librería ordinaria, a pesar de ser una de las librerías más antiguas de Portugal, también es la librería que inspiró a la autora de Harry Potter para visualizar y crear la biblioteca del colegio Hogwarts.
El interior curvilíneo de la tienda con el tragaluz que ilumina la escalera de madera y las estanterías hacen que el lugar sea todo un espectáculo para la vista. Procurad ir a primera hora, porque enseguida se llena de turistas, cobran 3€ para entrar que descuentan después si se adquiere algún libro.
Desde allí, iniciamos la bajada hacia el río, pasando por monumentos y calles emblemáticas de la ciudad.
Iglesia de San Ildefonso
Adornada con los típicos azulejos portugueses, llama inmediatamente la atención de todos. Sus paredes muestran la vida del Santo Ildefonso. La hermosa iglesia del siglo XVIII se encuentra situada en uno de los laterales de la céntrica plaza de la Batalla de Oporto (Praça da Batalha).
Pasear por la Rua Santa Caterina
Comienza detrás de la Igreja de Santo Ildefonso . La popular calle comercial atrae con pequeñas boutiques y cafeterías y también estamos sedientos de café. Encontramos una pequeña mesa en el Café Majestic. El café es en realidad una institución.
En 1921, el lujoso café abrió con el nombre de "Elite" donde solían tener lugar debates políticos, hoy los turistas y los lugareños se sientan pacíficamente uno al lado del otro y disfrutan de una taza de café o una copa de vino de Oporto por la tarde. Podríamos habernos sentado aquí más tiempo y observar el ajetreo y el bullicio de la calle comercial, pero debíamos continuar y seguimos paseando observando los cafés de época y las tiendas antiguas.
Paseo Por El Río desde la Plaza Ribeira
Nadie debería irse de Oporto sin dar un paseo en barco por el río Duero recorriendo los seis puentes de la ciudad. La plaza Ribeira es el lugar desde donde salen los barcos llamados "rabelos", barcos tradicionales utilizados para transportar las cubas desde los viñedos del valle del Duero hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia.
Durante el paseo también se disfruta de las mejores vistas de Oporto y Vila Nova de Gaia, donde se encuentran las bodegas más famosas del vino de Oporto, enfrente justo de la ciudad portuaria.
Acabado el delicioso recorrido nos situamos en la otra orilla del río para visitar las famosas bodegas.
Las Bodegas del vino de Oporto
De todos es conocido la fama del vino de Oporto y a lo largo del río Duero, en el lado opuesto de Ribeira hay muchas bodegas famosas en las que se puede disfrutar de una visita guiada y posterior cata de vinos. Se puede hacer un recorrido por una de estas bodegas o simplemente encontrar un restaurante, sentarse y disfrutar de la textura única del vino dulce de Oporto.
A lo largo del río las famosas bodegas de vino de Oporto, se alinean una tras otra en la orilla del Duero y los viejos barcos de vino de Oporto navegan tranquilamente en el agua, que ahora solo se utilizan con fines decorativos. A nosotros que no somos fanáticos del vino, nos bastó contemplar todo ese espectáculo.
Fue nuestra última visita en la ciudad de Oporto, al día siguiente nos esperaba una excursión a Guimaraes, cuna de Portugal.