Guimarães es una ciudad portuguesa histórica y fascinante, conocida como la cuna de Portugal. Fue la primera capital del país bajo el rey Alfonso I y, por lo tanto, considerada el lugar de nacimiento de la nación. Dispone de un centro histórico con estrechos callejones de piedra, un antiguo castillo, un palacio medieval y abundante encanto portugués.
La UNESCO la ha calificado como Patrimonio Mundial de la Humanidad en base a varios criterios, uno de ellos dice así: "Guimarães, una ciudad excepcionalmente bien conservada, ilustra la evolución de tipos de edificios particulares desde el asentamiento medieval hasta la ciudad actual, y particularmente en los siglos XV-XIX."
En pocas palabras, en Guimarães hay mucho que ver, por lo que está considerada la mejor excursión que hacer desde Oporto. Nosotros no podíamos dejar de hacerla y fuimos en tren desde la estación de Sao Benito en Oporto hasta la estación central de Guimarães en aproximadamente una hora que dura el trayecto de unos 45 kilómetros, que distan entre sí ambas ciudades. El tren es bastante económico, aproximadamente 3,5€ por trayecto y las salidas regulares, por lo que el tren se convierte en un medio más cómodo para visitar Guimarães como excursión de un día. En el mapa figura lo que fue nuestro recorrido.
Aquí Nasceu Portugal
Andando desde la estación se llega recto a su centro histórico y una inscripción en la pared de su antigua muralla nos avisaba que habíamos llegado al lugar donde nació Portugal, y es que tras su independencia fue la Casa de Braganza (quienes tienen aquí su palacio) la que reinó en el país.
Largo do Toural
Es una pintoresca plaza, con un curioso suelo de adoquines que forman ondas, constituye un bello ejemplo de arquitectura urbana clásica. Está bordeada de casas antiguas con tejados abuhardillados e inmensas ventanas con hermosas rejas de hierro forjado.
Desde el siglo XVII, aquí estuvieron los primeros muros exteriores existentes, cerca de la puerta principal de la aldea, donde comenzaron a comerciar ganado y otros productos. A finales del siglo XVIII, la Cámara ordenó el refuerzo de la tierra cerca de las paredes, para comenzar la construcción de nuevos edificios. Se puede decir que hoy Largo do Toural es el corazón de la ciudad.
La plaza está situada al límite del casco antiguo y la ciudad nueva. Esta preciosa y amplia plaza tiene forma alargada con varios jardines y una fuente, destacan la belleza de la fachadas de las casas y la Iglesia de San Pedro. Seguimos caminando por las calles de Guimarães que es una de las mejores maneras de conocer la ciudad y nos topamos con otra de sus principales plazas.
Largo da Oliveira
Aquí se encuentra el Ayuntamiento en un edificio singular original del siglo XVI, restaurado que fue antiguamente el convento de Santa Clara, allí también se puede ver la bella Padrão do Salado, una especie de templete gótico que alberga un crucero en su interior.
Fue mandado construir por Afonso IV en el siglo XIV para celebrar la Batalla de Salado, en 1340, por la cual, las tropas portuguesas y castellanas lucharon contra los musulmanes provenientes del norte de África que intentaban invadir la Península Ibérica.
Desde allí tomamos la calle de Santa María que es una de las más antiguas de la ciudad y que conecta el Ayuntamiento de Guimarães con el área del castillo.
Paseo por calles del centro histórico de Guimarães
La rehabilitación del Centro Histórico de Guimarães, que como hemos relacionado anteriormente está clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001, ha tenido la ayuda para poder despertar y fomentar industrias como el turismo, el ocio y la restauración, lo que le otorga hoy en día características únicas para atraer a multitud de visitantes.
Y así caminando por estas preciosas calles, llegamos hasta la zona alta de la ciudad.
Palacio de los Duques de Braganza
Majestuosa casa señorial del siglo XV, construida por D. Afonso Henriques , futuro duque de Braganza e hijo bastardo del rey D. Juan I, que sirvió como su residencia y de su segunda esposa, D. Constança de Noronha. Es un Palacio de grandes dimensiones, con características arquitectónicas de una casa fortificada con techos de fuertes pendientes y numerosas chimeneas cilíndricas que denotan la influencia de la arquitectura señorial del norte de Europa, siendo un ejemplo único en la Península Ibérica.
Se sometió a importantes obras de renovación para convertirse en el residencia oficial del dictador Salazar y todavía se usa hoy como la residencia oficial del Presidente cuando visita el norte de Portugal. Si la visita la realizáis en domingo, la entrada es gratuita. Muy cerca del Palacio se encuentra la joya de la ciudad.
Castillo de Guimarães
Se tuvo que construir una fortaleza en el siglo X debido a los ataques de los moros, para defender a los monjes y la población cercana. El castillo sufrió varias obras de mejora a lo largo de los siglos, y sirvió de residencia a muchas familias reales. Se dice que el Castillo de Guimarães es donde nació el primer rey de Portugal, D. Afonso Henriques, en 1110. Cuando su papel defensivo en varios conflictos a lo largo de la historia llegó a su fin, el castillo dejó de ser utilizado.
Fue declarado Monumento Nacional en el siglo XX, y comenzó su restauración. Hoy, el Castillo de Guimarães tiene elementos modernos que mejoran su accesibilidad para quienes lo visitan, ya que sus estructuras se mejoran continuamente. Es uno de los monumentos más simbólicos e importantes de la historia de Portugal y desde el año 2007, está considerado una de las “Siete Maravillas de Portugal”. Una vez acabada la visita al castillo bajamos por otra dirección para ver otro de los iconos de la ciudad.
Iglesia de Nossa Senhora da Consolaçao e Santos Passos
Esta iglesia de estilo barroco y rococó, construida durante el siglo XVIII, destaca por sus dos altas torres, que son visibles desde varios puntos de la ciudad, y la estampa de los jardines florecidos con la iglesia detrás que es una de las imágenes típicas de Guimarães,
Solo nos quedaba ver la ciudad desde otra perspectiva.
Ver la ciudad desde arriba
Conectando la ciudad con la montaña Penha, el teleférico es una excelente manera de ver la ciudad desde el aire. Con 400 metros de altura, recorre una distancia de 1700 metros en solo 8 minutos. El precio de ida y vuelta es de 5€. Al llegar a la cima de la montaña, se pueden observar vistas espectacuares de la ciudad.
Cuando se llega al pico de la montaña, además de practicar senderismo, o cualquier otra actividad relacionada con la naturaleza, los lugareños tienen aquí su sitio de peregrinación, ya que existe un santuario cuya importancia religiosa empieza a finales del siglo XVIII, cuando un ermitaño de origen francés, instala una capilla en honor a Santa Catalina. El edificio religioso que hoy podemos visitar es una construcción moderna, estilo Art Decó, de principios de siglo XX.
Una vez dimos un paseo por los alrededores volvimos a bajar en el teleférico y ya nos dirigimos a la estación para volver a Oporto y desde allí tomar nuestro avión de regreso,después de haber pasado en Portugal un magnífico fin de semana.
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