Este increíble castillo fue construido en una colina natural en el medio de un pequeño pueblo con el mismo nombre. Una fortaleza medieval ubicada a unos 50 kilómetros de Pamplona en la Comunidad Foral de Navarra. Su nombre proviene del idioma vasco en el que Javier significa Castillo por lo que los navarros siempre le llaman Javier a secas por no caer en la redundancia.
El recinto tiene un gran aparcamiento separado del castillo aproximadamente unos 700 metros, nos imaginamos que se hizo así previendo gran afluencia de gente con motivo de las "Javieradas" de las que hablaremos más adelante. El paseo es muy agradable entre jardines y las indicaciones no faltan. Todo el recinto está dedicado a San Francisco Javier, que fue miembro fundador de la Orden de los Jesuitas y se le celebra como el santo patrón de Navarra y la iglesia misionera. Desde la Edad Media hasta hoy, el Castillo de Javier es un lugar sagrado para los creyentes.
La primera vista del castillo es impresionante, así como las zonas de su alrededor, es una fortaleza muy bella y todo un clásico entre las listas de los castillos más bonitos de España.
Las Javieradas consisten en una marcha de la población hacia el Castillo de Javier, el origen de esta marcha se remonta al siglo XIX. En 1885, una epidemia de cólera asoló la región y la Diputación Foral invocó a San Francisco Javier para que librara al pueblo navarro de aquella terrible enfermedad, ofreciendo a cambio la promesa de que todos caminarían en procesión si se cumplían sus ruegos. La leyenda cuenta que el Santo respondió a la súplica, y fue así como nació esta popular tradición que hoy conocemos con el nombre de "Javierada". Se celebra durante los dos primeros fines de semana de marzo y miles de peregrinos de toda la Comunidad Navarra inundan las carreteras que conducen al Castillo de Javier, para venerar al Santo.
La historia del Castillo de Javier comienza en el siglo X, cuando en la colina rocosa fueron los árabes quienes primero construyeron su fortaleza, éste fue reconquistado, pero hasta la fecha no se ha podido recuperar casi nada del diseño inicial. El Castillo de Javier tenía una doble función, proteger las fronteras y servir como residencia noble. Después de la construcción del Palacio central en el castillo del siglo X, comenzó a expandirse en el siglo XII y XIII, adquiriendo una forma semicircular con 2 torres laterales en el siglo XI. Y por fin, a principios del siglo XVI, el castillo fue finalizado con trincheras y muros, pero debido a las revueltas y levantamientos de la población, el Cardenal Cisneros ordenó que fuera parcialmente destruido. Posteriormente es adquirido por el padre de San Francisco Javier y en la actualidad fue reformado en 2006 para convertirlo en museo. San Francisco Javier, co-patrón de Navarra junto a San Fermín, nació en este castillo.
En 2001 el Itinerario cultural de San Francisco Javier fue incluido en la Lista Indicativa del Patrimonio de la Humanidad en España, incluyendo este castillo y a los lugares en los que vivió y predicó. La descripción es la siguiente: "La ruta de San Francisco Javier combina una serie de elementos tangibles e intangibles, formando un hilo que explica las relaciones entre sociedades y culturas diferentes. Por esta razón, la ruta incluye el Castillo de Javier (Navarra), lugar de nacimiento de San Francisco Javier; París, donde estudió y comenzó su amistad con San Ignacio de Loyola; Goa, India, donde predica y se ocupaba de los enfermos; Malaca, Malasia, donde se lleva a cabo sus enseñanzas del catecismo; Kagoshima, Japón, donde se traduce la doctrina de la Compañía de Jesús al japonés; Yamaguchi, Japón, donde sus predicaciones se hicieron inmensamente populares; y Sancián , cerca de Cantón, donde murió. Actualmente se venera en la iglesia de San Pablo en Goa, un centro de peregrinación no sólo para los cristianos sino también para los musulmanes, hindúes y parsis".
Para entrar a su interior es necesario adquirir entrada. En la página web se encuentra toda la información útil. HORARIOS DE VISITA Y PRECIOS.
Un puente levadizo conduce a la puerta principal, en cuya pared cuelga el emblema de la familia de Javier y que está protegida por una serie de troneras. Con sus almenas rectangulares, la Torre del Homenaje es impresionantemente alta. Muy bien indicado se encuentra la recepción de visitantes donde nos dirigimos a sacar nuestra entrada.
Actualmente el interior del castillo alberga un museo dedicado a la vida de San Francisco Javier en el que se muestran numerosos objetos que pertenecieron al santo, aunque también se pueden visitar algunas de las habitaciones en las que habitaron los nobles el castillo, así como otras estancias como las caballerizas, la capilla de San Miguel y una pequeña exposición sobre la historia de Navarra.
El museo del castillo se divide en tres secciones, por un lado la sección dedicada a la historia del edificio, otra dedicada a la vida de San Francisco Javier y la pinacoteca que cuenta con una colección muy interesante de pintura del siglo XV al XX, con obras de Murillo, los Madrazo, Coello, Carreño, y Salaverría entre otros.
Para facilitar el conocimiento de la historia de San Francisco Javier, una exposición de dioramas en tres dimensiones representan varias etapas de la vida del Santo.
En los patios interiores se pueden ver edificios que se usaban como prisiones y cuadras de caballos. Particularmente interesante es la Capilla del Santo Cristo, en la que se pueden ver hermosas tallas y murales. La talla de madera que representa a Cristo muerto en la Cruz, según la leyenda, sangraba el día en que murió San Francisco Javier.
En el museo se encuentra una exposición permanente de arte religioso, muebles, documentos históricos y objetos recogidos a lo largo de los siglos relacionados con la historia del castillo y con la vida y milagros de San Francisco Javier. Se puede ver incluso una colección de kimonos japoneses, recogidos en el siglo XIV así como regalos y pinturas que recibió durante sus viajes y que se han ido recuperando a lo largo de los años.
Subiendo a la terraza de las torres se aprecia también, la estratégica situación que tuvo el castillo, desde donde se disfruta de vistas a la sierra de Leyre, a la vega del río Aragón o a la antigua frontera con el reino de Aragón.
También se puede observar desde allí el Centro de comunidad y espiritualidad de los Jesuitas.
Este es un lugar muy importante para los Jesuitas, ya que en este lugar nació y vivió San Francisco Javier, uno de los fundadores junto con San Ignacio de Loyola de la Compañía de Jesús. La basílica anexa construida a finales del siglo XIX en el lugar exacto donde se supone nació el santo, de estilo ecléctico cuenta con una impresionante portada neorrománica en la que podemos leer los nombres de los diversos países en los que estuvo como misionero San Francisco Javier a lo largo de su vida.
Desde la iglesia retomamos el camino de vuelta al aparcamiento, para a continuación iniciar un bonito camino a través de la sierra de Leyre y llegar al monasterio del mismo nombre, que podéis leer en el relato titulado MONASTERIO DE LEYRE. NAVARRA.
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