ACTUALIZADO EN 2017, Marvao está incluido en la Lista indicativa de la Unesco por Fortificaciones fortificadas de la "Raia" .
Mal aspecto tenía el día cuando amaneció. El color gris del ambiente, era engullido por el blanco de la niebla que se formaba cada vez más densa. Bajamos a desayunar esperando que el día mejorara, pero cuando acabamos, el tiempo seguía empeorando. Decidimos que Marvao se merecería otra visita en un futuro, con mejor tiempo que el que estábamos sufriendo.
Antes de hacer las maletas, dimos un pequeño paseo por las calles del pueblo para hacer las últimas fotografías antes de irnos; no fue muy agradable debido al fuerte viento que hacía y la lluvia que no cesaba. No pudimos llegar ni al castillo ni por supuesto a las murallas de granito. Con tal panorama, decidimos salir cuanto antes y nos pusimos en marcha. Eso si, al no haber trafico, lo hicimos a velocidad mínima para observar los distintos enclaves y miradores que nos encontramos en el camino.
Nuestra idea era visitar Portoalegre y Campo Maior, pero que como persistía el mal tiempo y la lluvia, miramos las previsiones meteorológicas y decidimos entrar en España por Valencia de Alcántara y ver de pasada el castillo de Alburquerque.
Y una vez llegados al valle y cogiendo la carretera que nos iba a llevar a España, salió el sol, dejando a la vista unos paisajes esplendorosos, el recorrido de unos 10 km. Es espectacular, con la carretera bordeada de castaños y alcornoques. Después nos hemos enterado que en estos parajes se celebra anualmente la Ruta senderística internacional del Contrabando de Café (Portugal-Extremadura) organizada por la Cámara de Comercio de Marvao. Aquí tenéis el enlace de un magnifico blog que habla de ello.
Llegamos a la frontera, en la que por cierto las fortificaciones de la "Raia" han sido incluidas en la Lista Indicativa de Portugal en el año 2017. El lugar esperemos que con este acicate pueda renovarse porque lo vimos en ruinoso estado, se encuentran construcciones que antaño estaban ligadas a una importante circulación y que hoy en día ya no son necesarias. Antiguas garitas de policía fronteriza, hoy sin uso, nos recuerdan otros tiempos que casi habíamos olvidado. Y llegamos a Valencia de Alcántara, pueblo de la provincia de Cáceres de gran importancia histórica durante la Edad Moderna, debido a su proximidad a la frontera y que incluso fue invadido y anexionado al Reino de Portugal durante más de 20 años, entre los años 1644 y 1668.
En su término municipal, se encuentran vestigios de todas las épocas, desde la prehistoria como extraordinarios dólmenes (se pueden encontrar hasta 41) que le hacen ser uno de los conjuntos megalíticos más importantes de Europa y que en 1992 mereciera ser considerado como Bien Cultural en la categoría de Zona Arqueológica. Se encuentran además restos romanos en los alrededores de la actual ciudad, como puentes, acueductos y fuentes. Así mismo, es de gran importancia el legado judío con un Barrio Gótico magníficamente conservado, en el que tiene especial relevancia la Sinagoga, centro de la vida social y religiosa de la población judía que residía en la localidad. Este importante conjunto encontró su reconocimiento en 1997 con su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico.
El relanzamiento de la ciudad se produce en los siglos XVI y XVII a partir del enlace regio entre una de las hijas de los Reyes Católicos y el rey de Portugal Manuel "el Afortunado", asistiendo al compromiso la propia reina Isabel de Castilla. Este matrimonio tuvo lugar en la Iglesia Nuestra Señora de Rocamador, que es una joya del gótico con preciosa portada renacentista. Allí quisimos hacer nuestra primera visita, ya que nos enteramos que de su custodia se encargaba una vecina que poseía las llaves de la Iglesia. Desgraciadamente no pudimos encontrarla y nos tuvimos que conformar con unas fotos del exterior a pesar de que sabíamos que esta Iglesia posee un precioso retablo barroco de José de Churriguera.
En fin, un monumento histórico-artístico de interés nacional cerrado porque la vecina que guarda las llaves se encontraba ausente. Un poco patético, ¿verdad?
Seguimos con nuestro paseo por la "Muy noble, antigua y leal Villa" reconocimiento que se le hace desde el siglo XVII, cuando recibe la visita de Felipe V, primer monarca borbónico, que inmerso en la Guerra de Sucesión decide hospedarse en el convento de San Francisco y considerando como ejemplo, la relevancia de Valencia de Alcántara como plaza fronteriza.
Admiramos sus callejuelas del barrio judío y llegamos a la Plaza de la Constitución donde se encuentra el Ayuntamiento y la iglesia de la Encarnación, con portada gótica pero de estilo mayormente renacentista. Allí si pudimos entrar en su interior donde se realizan la mayor parte de los eventos religiosos de la ciudad como actos de la Semana Santa y las Fiestas patronales. Posee un Cristo de la Buena Muerte de grandes dimensiones y un púlpito de granito con relieves.
Continuamos nuestro viaje por la excepcional carretera que la une con Badajoz. Cien kilómetros en los que a uno y al otro lado de la carretera se nos presentaban autenticas maravillas para la vista, lo que convertía el recorrido en ameno. Pueblos, paisajes, restos históricos eran nuestra compañía y casi sin darnos cuenta del tiempo que había pasado ante nuestra vista se distinguía un castillo peculiar... El castillo de Alburquerque.
Quizás uno de los más bonitos de Extremadura, se alza sobre una colina casi inexpugnable. Fue tomado en el siglo XV por don Álvaro de Luna, Maestre de la Orden de Santiago llevará a cabo numerosas reformas y ampliaciones, de entre las que destaca la gran Torre del Homenaje, que se conserva en la actualidad y por eso es también llamado el Castillo de Luna. La muralla medieval que le rodea también se encuentra muy bien conservada, así como el barrio judío que albergaba en su interior, lo que convierte a Alburquerque en una parada obligatoria en esta carretera.
Unos cuantos kilómetros más y por fin, llegamos a Badajoz, finalizando nuestro viaje y turisteo por Extremadura y Portugal ya que nuestra familia nos esperaba para comer juntos.