Estábamos de cumpleaños y el día prometía pues hoy íbamos a visitar la Península de Snaefellsnes al noroeste de Reikiavik, de ella dicen que es como una como Islandia en pequeño, ya que en nuestra ruta encontramos un poco de todo lo que se puede conocer en el país. Fueron bastantes kilómetros pero no importó porque los paisajes a lo largo del camino fueron absolutamente impresionantes y en ningún momento se hizo pesado. Hicimos una parada técnica en Borgames de unos 15 minutos, aquí cuando salimos del baño nos encontramos a Elena charlando muy animadamente con un señor que resultó ser panameño y al decirle que este verano iríamos a Panamá nos dio una tarjeta por si necesitábamos en su país alguna cosa; resultó ser Ernesto Pérez Balladares, presidente de la República de Panamá entre 1994 y 1999, considerado como el protagonista de la modernización del país, impulsor del aceleramiento de la economía y el crecimiento del país. ¡Ya veis cómo hacemos relaciones importantes por el mundo!
Tras varias paradas en la carretera para hacer fotografías, la primera visita fue la Playa Ytri Tunga, el lugar de Islandia donde está garantizado el avistamiento de focas ya que hay una colonia autóctona permanente en la zona, aunque la mejor época es verano con marea baja. Las focas que se desplazan aquí son focas de puerto, una de las dos especies comunes que se encuentran en Islandia, también es posible ver focas encapuchadas y focas anilladas. Hoy en el país son una especie protegida.
Nuestra siguiente parada fue Granja de caballos en Lýsuhóll, en un marco paisajístico incomparable. Aquí hicimos la comida casera deliciosa que estaba incluida en la excursión.
Tras la comida se podían visitar varios establos donde tenían caballos islandeses y por supuesto verlos pastando tranquilamente en los campos. El caballo Islandés es bastante peculiar por su pequeño tamaño, algunos parecen ponis por su pequeño tamaño, normalmente miden unos 135 centímetros de promedio y creen que llegó a Islandia con los primeros colonos vikingos en el siglo IX. Están adaptados al frío invierno y sobreviven gracias a la gruesa capa de grasa que los protege de los vientos fríos pero son muy sensibles a las enfermedades equinas por lo que en el país no puede entrar ningún caballo y si uno sale no podrá nunca regresar, es una forma también de proteger la pureza de la raza. ¡Cosas de los islandeses!
Nuestra ruta siguió hasta la Iglesia negra de Budiir, situada en medio de los extensos campos de lava de Budhahraun; dicen que es uno de los lugares más fotografiados de la península Snaefellsnes y a mí, uno de los lugares que más me impresionaron de todo el país. El sonido del mar de fondo, campos de lava cubiertos de mil colores producido por el musgo, el viento y es iglesia negra presidiendo el paisaje resulta abrumador, La iglesia estaba cerrada pero se podía curiosear a través de sus ventanas. El color negro es porque está pintada con brea para proteger la madera de las inclemencias del tiempo.
La pequeña aldea de Arnarstapi, tiene un camino que bordea la costa con unos acantilados impresionantes con formaciones de columnas basálticas. Esta pequeña aldea fue un importante puerto pesquero para los daneses, en aquel momento Islandia era territorio danés, en los siglos XVIII y XIX que crearon algunos edificios que hoy se conservan y son los más antiguos del país, con el desarrollo de Reikiavik esta localidad perdió a casi todos sus habitantes quedando hoy como una pequeña aldea.
El camino empieza con la estatua Bárdar, un ser mitológico que era hijo de una mezcla de trol y de gigante y de una humana; esta es una de las sagas islandesa, historias sobre los primeros pobladores, más populares del país. Hay que tener mucho cuidado con los acantilados y no salirse de la ruta marcada ya que son muy verticales y peligrosos. Toda esta zona se encuentra dentro del Parque Nacional Snaefellsjökull donde se el glaciar y volcán del mismo nombre.
La leyenda dice que en estos acantilados una ballena se quedó petrificada, y parece ser que razón no le falta porque el capricho de las rocas y las olas así han esculpido estos acantilados.
Otro lugar increíblemente hermoso que conocimos fue Playa de arena negra de Djúpalónssandur con formaciones de lava costera, en la que si la marea está baja se pueden ver los restos de un naufragio ocurrido en 1948 y bajar a recorrerla a pie. Pero si la marea está alta no os preocupéis porque en la parte superior hay dos rutas que te permiten verla igualmente.
Hoy es un lugar deshabitado pero fue otro de los centros importantes de pesca del país. Si la marea está subiendo y hay tormenta hay que tener mucho cuidado porque el poder de las olas del Océano Atlántico es enorme.
Algunos paisajes espectaculares en la ruta por la Península de Snaefellsnes, en nuestro camino hasta la Montaña Kirkjufell.
Y llegábamos a uno de los lugares más esperados de esta ruta, se trata de la Montaña Kirkjufell con una altitud de 463 metros, que junto a la catarata Kirkjufellsfoss cuya caída consta de tres escalones de agua, es uno de los paisajes más bonitos y espectaculares de esta península y de Islandia, muy conocida también por haber aparecido en Juego de Tronos.
La última parada fue en los Campos de lava de Bersekjahraun, nacidos de una erupción de unos 4.000 años que llegó al mar, son extensísimos y con formaciones rocosas increíbles.Los campos de lava son extremadamente espesos y están decorados con hermosas formaciones rocosas.
Aquí conocimos la cascada de los mil nombres, que se la conoce como Selvallafoss, la cascada de las ovejas, la cascada de río o Leynifoss y lo mejor es que se puede caminar detrás de ella.
Tras una parada en Borgames de nuevo, llegábamos a Reikiavik tras casi doce horas de ruta. Nos encantó esta Península Snaefellsnes y una vez terminado el viaje que os he contado en Islandia, Dinamarca y Suecia: planificación, hoteles y ruta, fue el lugar que más nos gustó de Islandia por la diversidad de paisajes, volcanes, lava o cascadas que vimos. Sin lugar a duda un lugar que hay que incluir siempre en una ruta por Islandia.
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