DIA 31 DE DICIEMBRE DE 2015
De vuelta de Brühl, fuimos directos al hotel donde nos "acicalamos" y nos pusimos guapos para celebrar la Nochevieja y la llegada del Año Nuevo. En Alemania simplemente dicen celebrar la noche de "San Silvester". Íbamos bien de hora ya que llegamos al hotel a las 17:30 y teníamos mesa reservada a las 19,30h.
Eso nos permitió dar un paseo tranquilo andando y viendo las calles iluminadas hasta el restaurante donde cenaríamos y que encontramos a través de Internet; éste ofrecía un buffet de comida alemana y copa por 35€ por persona. Cuando salimos calle estaba desierta (eran las 19:00h) ya pensábamos que en esta ciudad la celebración del Año Nuevo iba a ser un "muermo". Dentro de las casas no se oía música, ni risas, ni nada de nada. No había coches y todos los comercios y bares cerrados.
La iluminación de las calles era sencilla pero agradable y cuando llegamos al restaurante casi nos pareció un alivio, ver que ya había gente dentro.
El local estaba decorado de forma tradicional alemana y los empleados estaban vestidos con traje regional, nos sentaron en una mesa decorada con velas y motivos navideños, ofreciéndonos una copa de bienvenida ya que el buffet aún no había sido preparado. Hasta ahí todo bien, pero... ¿Ni música, ni gente divirtiéndose?
Se nos hacía extraño tanta tranquilidad y más cuando comprobamos que el local había llenado todas las mesas, pero el público parecía que había ido al cine más que a una cena de Nochevieja.
Como todos, habíamos tomado la copa de bienvenida, la gente y nosotros mismos empezamos a pedir jarras de cerveza ya que seguíamos sin tener comida y ¿qué pasó? pues que la gente empezó a animarse, a reírse y a hablar más y más alto. Incluso una pareja sueca que estaba a nuestro lado comenzó a entablar conversación con nosotros.
Por fin, una hora más tarde sobre las 20:00 el buffet se abrió y también empezó a sonar la música pero de forma muy sutil, nada alta. La comida no la podemos calificar como sensacional, pero era bastante buena, sobre todo el rost beef que cortaban en el momento y a la vista. A nosotros nos bastó con un plato de diferentes guarniciones y otro con carne y "kartoffelsalad". Pasamos el tiempo charlando como Tarzán con la pareja de suecos, esperando que sacaran los postres. Una vez lo hicieron, dimos buena cuenta de ellos y pedimos la factura de las bebidas y el café que no estaban incluidos con el pago del buffet.
Pasadas las 21:30h de esa noche nos dirigimos al local donde teníamos previsto tomarnos las 12 uvas que por supuesto llevamos en 2 latitas y un "benjamín" de cava escondidas en los abrigos. Era una discoteca instalada en uno de los locales del Ayuntamiento el "Bruckenforum" es decir, el Fórum del puente. Allí si tuvimos que esperar una gran cola de gente para pasar y controles de seguridad sobre todo con los bolsas de las mujeres.
Tuvimos la suerte de poder pasar las uvas y el cava sin problemas. Lo habíamos contratado también por Internet, lo anunciaban como el mejor sitio para ver los fuegos artificiales con los que se celebraría el Año Nuevo en las riberas del Rhin, pensamos que tendría balcones o terrazas para verlo y si acaso llovía o nevaba estaríamos resguardados.
También nos animó el hecho de que iba un DJ a mezclar música de los 80 con música actual y el precio, 18 euros con derecho a una copa (que después fue un dedal). Nos pusieron un sello en la mano y nos dimos cuenta que eso era para salir a ver los fuegos y volver. No se iba a poder verlo desde el edificio, en fin, la noche estaba agradable y no hacía el frio que esperábamos.
Hacía años que no íbamos a bailar a una discoteca, pero el ambiente y la actitud de la gente no cambia mucho. Quizás ahora se lleva mucho el estilo Jason Statham para los chicos de gimnasio, con el pelo rapado, camisas blancas de dos tallas menos y corbata fina., las chicas optaban en su mayoría por el vestido corto y tacones. Pero no nos sentíamos fuera de lugar porque había gente de todas las edades, tuvimos la suerte de coger sitio en uno de los anfiteatros y desde allí íbamos dando buena cuenta de la gente que "sobresalía" en la pista. También pudimos bailar sin agobios y disfrutar de la buena música que pusieron.
Y llegó la hora de salir a la medianoche, la gente se agolpó para salir pero con orden, bajamos las escaleras y salimos como todos los demás en dirección al puente Kennedy para ver desde arriba los fuegos artificiales sobre el Rhin.
La gente llevaba cohetes, petardos y artilugios pirotécnicos que empezaban a hacer estallar prácticamente donde les daba la gana. Miramos nuestros relojes y efectivamente eran las 00:00, abrimos nuestras latas y empezamos a comer nuestras uvas de la suerte, mientras la gente nos miraba, no sabiendo muy bien a qué se debía eso. Cuando acabamos, descorchamos inmediatamente la botellita de cava y dimos un primer chupetón deseándonos felicidad para el nuevo año.
DIA 1 DE ENERO DE 2016
El espectáculo fue increíble, uno de los más impactantes que hemos visto. El Rhín estaba en llamas, de todos lados salía ruido y luz. Los barcos circulaban con gente dentro celebrando el acontecimiento, en las orillas y en el puente no paraban de tirar cohetes, la policía solo esperaba algún incidente porque no hacía nada para impedir que se lanzaran con cierto cuidado. Era a la vez un espectáculo extraordinario como peligroso.
Allí cada uno se cuidaba de sí mismo y nos dimos cuenta que toda la ciudad de Bonn despertó del letargo de su vida normal y pausada. Al cabo de una hora sin parar de explosiones de luz y color, cientos de botellas y restos de pirotecnia se empezaba a acumular en las calles. Era la hora de volver al hotel y no tentar a la suerte.
ESPECTACULAR VIDEO DE FUEGOS ARTIFICIALES SOBRE EL RIO RHIN