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Turisteando el mundo

Foto del escritorPilar y Paco Viajeros

El Vaticano, el Estado más pequeño del mundo.


El Vaticano es el país más pequeño del mundo tanto en extensión como en población con tan solo 0,44 kilómetros cuadrados de superficie y 4 kilómetros de fronteras, tiene unos 900 habitantes. Fue declarado estado independiente en 1929, siendo Papa Pío XI, en los Pactos de Letrán celebrados entre la Santa Sede y el denominado Reino de Italia gobernado por Mussolini, ya que en 1870 Italia había conquistado los Estados Pontificios. Y es que el Vaticano se encuentra en la ciudad de Roma en Italia, cuando lo visitas uno no entiende muy bien si está en Italia o en el Vaticano o simplemente estás visitando una parte de Roma, además de ser prácticamente imposible separar la historia de este país de la historia de Roma y por supuesto de Italia. El nombre completo de este pequeño país es Stato della Città del Vaticano en italiano y Status Civitatis Vaticanae en latín.

Sus idiomas oficiales son el italiano para el país y el latín para la Santa Sede o la iglesia católica porque el estado del Vaticano y la Santa Sede no es la misma institución. El Vaticano o la Ciudad del Vaticano es el territorio con la ciudad y alberga en él a la Santa Sede que es la que dirige la Iglesia Católica con personalidad jurídica propia y es ésta la que mantiene y desarrolla las relaciones diplomáticas con otros estados.


Su gobierno es una Monarquía electiva y teocrática donde el máximo representante es el Papa. Le acompañan en el gobierno un secretario de estado y un gobernador. El Papa tiene poderes ejecutivos, legislativos y judiciales absolutos dentro de la ciudad.


Su moneda es el euro y el estado tiene su propio banco conocido como El Banco Vaticano o Banco Ambrosiano que se creo en 1942 y que no ha tenido precisamente buena fama porque se le llegó a acusar en los años 70 del siglo pasado de ser el artífice del blanqueo de dinero de la mafia. Escándalos que han seguido sucediendo en décadas y que según la prensa el actual papa Francisco I está intentando regenerar.


El Vaticano también sus propio sistema telefónico, oficina de correo, farmacia, periódicos, radio y televisión. En sus 900 ciudadanos se incluyen a los miembros de la Guardia Suiza, encargados de proteger al Papa desde el año 1506 y no tiene ejercito.

Un poco de historia

El nombre Ciudad del Vaticano se utilizó por primera, como dijimos más arriba, en 1929 cuando se estableció el estado, pero el nombre deriva de un asentamiento etrusco, llamado Vaticao. Así mismo en la época de la Repúbilca Romana existía una zona en la ribera del Tíber, frente a la ciudad de Roma, llamado Vaticano, en la época Imperial se construyeron jardines y villas romanas en la zona. Para otros historiadores otros la palabra Vaticano proviene del latín vates que significa adivino ya que en esta colina antiguamente vivían adivinadores.


La historia del Vaticano como sede de la Iglesia Católica comenzó con la construcción, ordenada por Constantino I, de una basílica sobre la tumba de San Pedro en Roma en el siglo IV d. C. en el año 324 en el lugar donde decían las crónicas de Nerón ejecutó a San Pedro. Desde este momento esta zona se convirtió en el lugar que albergaba la Santa Sede de los católicos hasta el momento actual, exceptuando un periodo que va desde 1309 hasta 1377 en que Clemente V la trasladó a Avignon en Francia como consecuencia de las luchas de poder en Roma. En el siglo IX los Estados Pontificios, legalmente establecidos por Carlomagno, llegaron a abarcar prácticamente toda la zona central de Italia.


De vuelta a la Roma de la Santa Sede, los territorios del Vaticano se ampliaron y se mantuvieron bajo poder del papado hasta 1797, año en que Napoleón Bonaparte se apoderó de este territorio, creando la República Romana. En 1801 el papa Pío VII recuperó parte de su poder, y en 1815 el Congreso de Viena, tras la caída de Napoleón, restituyó casi todas las antiguas posesiones al papado.

Estados pontificios en el siglo XV

En 1870 Víctor Manuel II anexionó al reino unificado de Italia, incluida Roma y los Estados Pontificios, quedando la jurisdicción del papado reducida al Vaticano, en el que cada uno de los sucesivos pontífices permaneció como prisionero voluntario en protesta por lo ocurrido. Este encierro voluntario continuó hasta 1929 cuando se crea el Estado de la Ciudad del Vaticano y se consolida la autoridad política del Papa.


Qué ver y visitar en El Vaticano

La Ciudad del Vaticano fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984 por la Unesco con la siguiente explicación: "Sitio sagrado de la cristiandad, la Ciudad del Vaticano es testigo de una gran historia y una prodigiosa empresa espiritual. El perímetro de este minúsculo Estado encierra un cúmulo ingente de obras de arte excepcionales. En su centro se yergue la gran basílica edificada sobre la tumba del apóstol San Pedro, precedida por una gran plaza circular con doble columnata y rodeada de palacios y jardines. Conceptuado como el mayor edificio religioso del mundo, este templo es obra del genio artístico de Bramante, Rafael, Miguel Ángel, Bernini y Maderna".


Lo normal es que te pases todo el día visitando los principales atractivos turísticos de este pequeño país, aunque planificando bien la visita y sin entretenerse mucho también se puede hacer en medio día. Los lugares fundamentales e imprescindibles para ver y visitar son: La Plaza de San Pedro con su obelisco donde se realizan las audiencias papales los miércoles; la Basílica de San Pedro que es uno de los edificios más grandes del mundo; subir a lo alto de la cúpula de la Basílica donde se obtienen unas vistas increíbles de la ciudad y ver los Museos Vaticanos donde al final del recorrido te encuentras con la sublime Capilla Sixtina en el Museo Vaticano.


Plaza de San San Pedro y el Obelisco

La plaza de San Pedro con la Basílica al fondo con su cúpula renacentista debe ser una de las imágenes más conocidas en el mundo de este país, podemos decir que esta Plaza de San Pedro es el corazón de la Ciudad del Vaticano, el lugar público por excelencia. Lo normal es que esta sea la primera imagen que obtengamos en nuestra visita si hemos llegado al Vaticano a través de la Via della Conciliazione.

La plaza de San Pedro es una de las plazas más monumentales del mundo y fue construida por Bernini entre los años 1656-1667, durante el papado de Alejandro VII (1655-1667), tiene forma elíptica con dos grandes semicírculos y sus medias son extraordinarias, con 320 metros de profundidad y un diámetro central de 240 metros, rodeada por 4 hileras formadas por 284 gigantescas columnas dóricas y 88 pilares, coronados por 140 estatuas de santos de más de 3 metros de altura. En esta plaza es donde se realiza la audiencia papal los miércoles y desde donde se escuchan algunas de las misas celebradas por el Papa, sede de canonizaciones o cualquier gran evento religioso.

En el centro se alza el obelisco egipcio de 25,50 m. de altura, procedente de Heliópolis en época de Calígula, lo rodean dos fuentes barrocas también creadas por Bernini. Este obelisco lo trasladó el Papa Sixto V en 1585 a su emplazamiento actual. Según la leyenda, el globo de metal que coronaba el obelisco contenía las cenizas de Julio César pero cuando se trasladó a esta ubicación se abrió y estaba vacio. Durante la reubicación del obelisco, se abrió el globo y se encontró que estaba vacío. el globo se puede ver hoy en el Museo Capitolino; hoy este obelisco egipcio está coronado por una cruz que dicen contiene reliquias de Jesucristo.

Basílica de San Pedro

La Basílica de San Pedro, en latín Basilica Sancti Petri y en italiano Basilica Papale di San Pietro in Vaticano es el templo católico situado en la Ciudad del Vaticano y referente para todos los católicos del mundo. La Basílica de San Pedro es uno de los edificios más grandes del mundo con 218 metros de largo y 136 metros de altura hasta la cúpula visible desde casi todos los lugares dela ciudad de Roma, pudiendo albergar a unas 60.000 personas. Es una de las cuatro basílicas mayores de Roma junto con Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán.


En el sitio de La Basílica de San Pedro han existido iglesias desde el siglo IV. En la tradición católica, la Basílica de San Pedro se encuentra situada sobre el lugar donde fue enterrado San Pedro, uno de los doce apóstoles de Jesús y primer obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por lo tanto, el primer Papa. Las investigaciones históricas y científicas sostienen que la tumba de San Pedro está debajo del altar mayor de la basílica por lo que muchos papas han sido enterrados en San Pedro desde la época paleocristiana.


Se convirtió en un lugar de peregrinación para los cristianos, se crearon viviendas para clérigos y escuelas, así como una zona comercial que tuvo un gran desarrollo. Ataques sarracenos en el siglo IX dañaron considerablemente la Basílica y el Papa León IV ordenó la construcción de un muro para protegerla que sería el área actual del estado del Vaticano, una muralla que se llamó Leonina. Modificaciones en la propia basílica durante siglos, la construcción de pasadizos que unían la sede del papa con el Castillo de Sant'Angelo, se hizo un Palacio Arzobispal permanente para los Papas y los libros que éstos tenían fue la base de la Biblioteca Vaticana.

La construcción del edificio que vemos ahora comenzó en 1506, por orden del papa Julio II que mandó destruir la basílica anterior con casi 1200 años de existencia encargándole el proyecto a Bramante; la muerte del Papa en 1553 y de Bramante al año siguiente supuso una paralización del proyecto hasta que Miguel Ángel en 1547 decidió seguir con el diseño original de Bramante. Giacomo della Porta completó la famosa cúpula de San Pedro en 1590, y el trabajo en la gran estructura finalmente terminó en 1626 siendo consagrada por Urbano VIII. El proyecto no terminó aquí y durante los siglos posteriores se hicieron numerosas modificaciones. La Basílica está conectada con el Palacio Vaticano y dos corredores elevados con la sacristía que fueron ideados por Miguel Ángel. Si la fachada principal de la basílica con sus 115 metros de ancho y 46 metros de altura, construida por el arquitecto Carlo Maderno entre 1607 y 1614, nos deja boquiabiertos, algo sublime nos espera cuando entramos en la misma. Pero antes de adentrarnos en San Pedro contaros que entre las columnas gigantes se encuentra el Balcón de las bendiciones que es el lugar desde donde se anuncia a los fieles la elección del nuevo papa, y desde donde éste imparte la bendición Urbi et Orbi.

El interior de la Basílica de San Pedro si es el mayor del mundo con una longitud de 193 metros; describir lo que uno ve al entrar es prácticamente imposible porque contiene más de 45 altares y 11 capillas que guardan obras de arte muy valiosas, como una Piedad de Miguel Ángel o la la estatua de bronce de San Pedro atribuida a Arnolfo di Cambio, un escultor y arquitecto florentino que vivió en el siglo XIII.

El altar Papal se encuentra en el crucero, situado bajo la cúpula de Miguel Ángel y está enmarcado por un imponente y bellísimo baldaquino construido por Bernini entre 1624 y 1633 que utilizó bronce del Panteón y tiene unos 30 metros de alto. Está sostenido por cuatro columnas salomónicas a imitación de las del Templo de Salomón y el tabernáculo de la antigua basílica, cuyas columnas se recuperaron y se colocaron como adorno en los pilares de la cúpula de Miguel Ángel. Debajo de toda esta estructura se encuentra la tumba de San Pedro.

Baldaquino de Bernini en Basílica de San Pedro

En este punto se puede descender para visitar la tumba de San Pedro y la de los Papas que están enterrados en este lugar. Muchas de las tumbas papales son verdaderas joyas escultóricas, que poco denotan sencillez, pero esto es otra cuestión.

También se puede visitar la Capilla del Altísimo y donde no se pueden hacer fotografías. Otra obra maestra del barroco donde todas sus paredes están cubiertas de oro y donde puedes contemplar como religiosos rezan con un recogimiento absoluto en lo que deben considerar uno de los lugares más sagrados del catolicismo, junto a la tumba de San Pedro.


Cúpula de San Pedro

Cúpula de San Pedro

Es obra del gran Miguel Ángel y está considerada como una de las obras arquitectónicas más majestuosas de todos los tiempos con sus 137 metros de altura y 42 metros de diámetro, como curiosidad saber es que es la cúpula más alta del mundo pero no la de mayor diámetro, algunas cúpulas que la precedieron como la del Panteón o la de la Catedral de Florencia son mayores. Si ya la hemos visto, desde el interior de la Basílica debéis saber que también se puede subir a lo alto de la misma. Para ello hay que salir de la Basílica y a la derecha mirándola de frente se encuentra el acceso.


Tiene unos 550 escalones en total que puedes subir en un ascensor hasta la terraza, te libras de unos 250 escalones, y desde aquí continuar las escaleras que bordean la cúpula. Nosotros en esta ocasión no subimos, pero sí lo habíamos hecho en otras visitas anteriores. Una vez arriba la recompensa es inmensa pues las vistas son increíbles, la fotografía nos la ha regalado un amigo fotógrafo que estuvo hace unos años en la ciudad del Vaticano. Aquí hay que pagar una entrada para acceder y varía si subes caminando o utilizando el ascensor.

Paza de San Pedro desde la Cúpula

Museos del Vaticano

A lo largo de los siglos y especialmente durante el Renacimiento (siglo XIV-siglo XVII), el mecenazgo de los papas convirtió al Vaticano en uno de los centros culturales más importantes del mundo. El origen de los Museos del Vaticano fue la colección de esculturas del Papa Julio II en el siglo XVI, la primera galería que se abrió al público fue en 1773 por el Papa Clemente XIV; a partir de ahí los papas fueron ampliando su mecenazgo hasta la colección que vemos hoy en nuestra visita. Decimos Museos del Vaticano porque hay hasta diez colecciones distintas como el Museo Egipcio, Museo Etrusco, Estancias de Rafael, el Museo Etnológico y la Colección de Arte Religioso Moderno y Contemporáneo entre otros. Para llegar al final del recorrido a la obra cumbre de Miguel Angel, la Capilla Sixtina.


La visita es un recorrido a través de estos museos fijada de antemano que no te permite salirte de la ruta hasta que al final del recorrido llegas a la esperada Capilla Sixtina donde apenas te dejan pararte. La masificación de gente puede resultar en algún momento agobiante, sumado a las largas colas que había que hacer para poder comprar las entradas, en algunas ocasiones superando las dos horas que nosotros habíamos sufrido en tres ocasiones anteriores. Fue un avance importante cuando se impuso la venta online de las mismas, aunque los gastos de gestión sean excesivos, merece la pena por el tiempo que se ahorra. Todos los precios, modalidades y horario lo podéis encontrar en la página oficial de los MUSEOS VATICANOS.

Maqueta de los Estados Pontificios en los Museos Vaticanos

Nosotros en esta ocasión hicimos una visita distinta y con muy poquita gente, se trataba de una VISITA NOCTURNA, que no se realiza durante todo el año sino tan solo en los meses de verano. Habíamos sacado nuestras entradas en la web y tras recorrer la Basílica y la Plaza nos dirigimos a la entrada de los Museos Vaticanos. El recorrido es prácticamente el mismo que cuando se hace durante el día pero con mucho más recorrido de los patios y espacios exteriores con una iluminación increíble y con velas que le dan un aire mágico (o espiritual) al lugar.

Esfera del mundo creada por Pomodoro.

Tras el recorrido del Museo Romano, del Etrusco, del egipcio, de nuestro paso por la sala de los mapas por fin llegábamos a las estancias decoradas por el gran Rafael Sanzio o Rafael de Urbino, como popularmente se le conoce, que habían estado cerradas durante años por restauración. Las Estancias de Rafael son cuatro habitaciones decoradas por Rafael con frescos que le encargó Bramente para el Papa Julio II. Las realizó entre 1508 y 1524, siendo una obra maestra del Renacimiento. Sin lugar a dudas es una de las joyas de este recorrido y hay que tener en cuenta que no se pueden hacer fotografías.

Estancias de Rafael en los Museos Vaticanos

Y el objetivo final de todo este recorrido de los Museos Vaticanos es llegar a la famosísima Capilla Sixtina que es la capilla principal del Palacio Apostólico y dedicada a María Asunción en el Cielo. Es sin duda uno de los tesoros culturales y artísticos del Vaticano y uno de los lugares sagrados del catolicismo ya que aquí es donde se celebran las reuniones del cónclave en la que los cardenales eligen a un nuevo Papa.


La remodelación de esta capilla que ya existía desde el siglo XIV la comenzó el Papa Sixto IV en 1470 con frescos creados por los principales artistas del Renacimiento como Botticelli y Perugino, la continuó entre 1475 y 1481 el Papa Sixto IV della Rovere, de quien tomó su nombre. Y fue nuevamente Julio II, el gran trasformador de San Pedro el que encargó en 1503 a Miguel Ángel que pintara el techo de la Capilla Sixtina y el frente sobre el altar con el Juicio Final en 1508.


Poco podemos hablar nosotros de esta increíble obra del renacimiento de un gran genio como fue Miguel Angel. Creo que el detalle que ninguno olvidamos o reconocemos inmediatamente es la imagen del dedo de Dios dándole vida a Adán. Un lugar que hay que visitar sí o sí, y desde luego más de una vez, para nosotros era la cuarta visita de esta joya del arte y creo que es la primera que la pudimos visitar sin apenas gente y pudiéndonos sentar para contemplarla mejor, eso sí, las fotografías absolutamente prohibidas.

Una vez que se sale dela Capilla Sixtina lo normal es salir por la famosa escalera helicoidal que Giuseppe Momo realizó en 1932, pero en esta ocasión no fue así y el recorrido nos devolvió a los jardines del Vaticano, donde en varios lugares había mesas para poder cenar a base de tapas, nosotros dimos buena cuenta de ellas disfrutando de unas vistas nocturnas de la Basílica.

Una visita preciosa, con muy poca gente y además la noche estaba iluminada por una preciosa luna llena sobre el cielo del Vaticano.


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