Rubielos de Mora, Pueblos más bonitos España, Museo Salvador Victoria
Llegamos a Rubielos de Mora, que se asienta junto al río Rubielos al pie de unas colinas a más 900 metros de altitud en la comarca de Gúdar-Javalambre, procedentes de la vecina Mora de Rubielos. Por suerte para nosotros había dejado de llover lo que nos permitió poder disfrutar de esta villa.
La importancia de esta villa medieval se puede apreciar en todo su entramado de calles y contemplando el gran número de edificios históricos que atesora y que hacen que este Conjunto histórico-artístico desde 1980 uno de los lugares más bonitos de la provincia de Teruel. Fue premio Europa Nostra en 1983 y pertenece a la Red de Municipios “Cittaslow” por su calidad de vida.
En el año 2007, el Gobierno de Aragón lo declara Bien de Interés Cultural. Está declarado como uno de los Pueblos más Bonitos de España y los 700 vecinos de Rubielos de Mora pueden presumir de vivir en el pueblo más bello y bueno de España ya que la villa ha ganado en 2016 el concurso televisivo “Luce tu pueblo” por delante de localidades como Lastres. Con todos estos títulos , ¿Quién se resiste a visitar semejante maravilla?
Recibe además el nombre de “Pórtico de Aragón” por asentarse en el altiplano de Teruel a más de 900 metros y el “Corte de la sierra” por el gran número de edificios solariegos y notables que atesora. También se encuentra dentro de la denominada “Ruta del Cid”. El origen de Rubielos de Mora se remonta al siglo XII cuando es reconquistado por Alfonso II; se cree que en esta zona se debió encontrar un importante asentamiento romano. La villa se tuvo un castillo, del que hoy se conservan pocos restos, se constituye como núcleo poblacional y se desarrolla mucho. Desde el siglo XIV la localidad no hace más que crecer.
El sistema defensivo de Rubielos de Mora estaba formado por al menos dos recintos amurallados: el del barrio del Campanar, de finales del siglo XII y el de la villa repoblada del siglo XIII. El núcleo primitivo conserva todavía dos de las siete puertas de entrada, el Portal del Carmen y el Portal de San Antonio. construido hacia 1260. El segundo, fabricado en sillería y mampostería, posee una de las torres y puertas más bellas de Aragón. Por éste accedimos a la villa y aparcamos junto a la Ex Colegiata de Santa María la Mayor, construida en el siglo XVI y reformada casi por completo en el siglo XVII. Atendía el lugar un cura muy amable que nos invitó a entrar y aunque no era obligatorio se recomendaba dar un donativo de dos euros por su visita.
La Iglesia de Santa María la Mayor es un gran templo barroco construida a principios del siglo XVII con una dimensiones enormes, con planta rectangular de una nave con capillas laterales cubiertas por bóvedas de crucería. Posee una torre-campanario con dos cuerpos cuadrados y un tercero octogonal, en el que se encuentran las campanas; una de ellas datada en el siglo XV. Las dos puertas del templo se abren a dos placitas públicas de la villa.
En el interior se conserva un valioso retablo de pintura gótica del siglo XV gótico, se cree que formó parte de la antigua iglesia parroquial y narra la vida de la Virgen María. En el Museo Parroquial se puede admirar un "Lignum Crucis", es decir una astilla de la cruz de Cristo en un excepcional crucifijo.
Desde allí, nos dirigimos al centro neurálgico del pueblo, es decir su Plaza Mayor. En 1571 se construye la Casa Consistorial Rubielos de Mora, hoy Ayuntamiento y oficina de turismo, un bellísimo edificio Consistorial que se levanta en este sitio. El edificio forma parte del interesante conjunto arquitectónico que conforma la plaza, junto a otros importantes edificios como el palacio de los Villasegura, el de los Creixell o la fuente de la Morica. Esta Casa Consistorial presenta una estructura espacial distinta de la del resto de ayuntamientos turolenses del siglo XVI, constituyendo una excepción tipológica. Se construyó en dos fases: durante la primera etapa, comenzada en 1546 se levantó la lonja y en una segunda fase entre 1570 y 1576 se construyó la Casa Consistorial propiamente dicha.
En el interior, en la primera planta, se dispone la lonja que presenta cuatro crujías con arcos de medio punto sobre columnas, que se entrecruzan creando un magnífico espacio discontinuo. Esta lonja se cubre por una techumbre de vigas de madera y presenta, en algunas zonas, fragmentos del empedrado geométrico original. En la crujía posterior, se aloja una pequeña estancia usada como cárcel, cuya reja procede del convento de las Agustinas. En la planta noble se ubica el Salón de Sesiones. Entre los bienes muebles contenidos en el edificio se encuentran el pergamino de 1366 en el que Pedro IV concede a Rubielos el título de villa y la colección de originales del pintor Salvador Victoria, de su primera época así como algunos carteles.
El Palacio de los Marqueses de Villasegura y el Palacio de los Condes de Creixell están prácticamente unidos, con tan solo una casa entre ellos y son una muestra perfecta de los gustos de la nobleza de la localidad. Y ponemos una fotografía del cartel explicativo que había entre los dos edificios. Otro de los elementos que nos llamaron la atención son los preciosos picaportes de metal que adornan sus puertas.
También nos encontramos varias placas informativas de la localidad y nos gustó mucho esta de la jota del uno…no les falta de nada a los habitantes de este bellísimo lugar.
Nuestro caminar, bastante grato, por cierto, nos llevó después de dejarnos perder entre sinuosas calles a la Fundación Museo de Salvador Victoria, instalada en el antiguo Hospital de Gracia, edificio construido a mediados del siglo XVIII. La planta baja alberga el fondo bibliográfico y una sala de exposiciones temporales, mientras que las salas primera y segunda acogen la obra de Salvador Victoria Marz y la de los amigos del pintor.
Nos quedamos atónitos cuando entramos en la fundación y nos encontramos todo un museo de arte contemporáneo, con cuadros del pintor y obras de sus amigos, cuadros y esculturas de celebridades como Saura, Chillida, Tapies ó Canogar. Un museo que sin lugar a dudas merece visitar y deleitarse con el buen hacer de la Fundación, la belleza del edificio y de las vistas del entorno desde sus ventanales.
Tocaba ir despidiéndonos de este espectacular, sereno y maravilloso conjunto urbano de Rubielos de Mora. Un lugar donde la conservación, unida a unas magníficas restauraciones del legado histórico del lugar, hace de esta villa una de las más hermosas que hemos visitado.
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