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Turisteando el mundo

  • Foto del escritorPilar y Paco Viajeros

Parque Nacional de Jozani (UNESCO). Zanzíbar (Tanzania)


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El bosque de Jozani es el único Parque Nacional en Zanzíbar, la última Reserva Forestal Natural que la isla tiene para ofrecer. Es una visita obligada para ecoturistas y amantes de la naturaleza, pero también para quienes como nosotros aman y visitan los Patrimonios de la Humanidad y Jozani está dentro de la Lista Indicativa del Patrimonio de la Humanidad desde 1997 y es Reserva de la Biosfera desde 2016.

El Parque nacional de la Bahía Jozani Chwaka, que es como se denomina, se encuentra más o menos en la parte central de la isla de Unguja, a unos 45 kilómetros de la capital. Un trayecto en el que tardamos aproximadamente una hora en recorrer.

El bosque de Jozani es el hogar de algunas de las especies de flora y fauna más exclusivas de Zanzíbar. Allí podremos encontrar especies de monos raros y vegetación tropical natural autóctonas de la isla. Es conocido sobre todo por albergar a los monos colobos de lomo rojo que solo habitan allí.

El recorrido por el parque consiste en caminar por senderos estrechos y naturales a través de la vegetación de matorrales de coral, bosques de helechos gigantes, arbolado de manglares y arroyos. Se puede realizar de forma libre o contratando guía especializado del parque. Nosotros al ir acompañados de Marbella, nuestro operador turístico y que conoce bien el parque optamos por ir a nuestro aire.

Cuando nos adentramos en el bosque, la primera impresión fue sobrecogedora ante tal espesor de vegetación y lo primero que hicimos fue pararnos para rociarnos con un repelente de insectos. A continuación seguimos la marcha, aunque en estos parajes, cualquier caminata se convierte en expedición. Nuestro guía nos iba explicando e informando de las diferentes especies de árboles y arbustos que íbamos viendo a medida que nos adentrábamos en el bosque.

El bosque de Jozani tiene varios hábitats, incluidos bosques pantanosos, matorrales de hoja perenne, manglares y una gran variedad de vida silvestre, incluidos sykes (mono de cuello blanco), monos colobos rojos, cerdos salvajes, antílopes, camaleones y muchas aves.

El silencio, solo interrumpido por el graznido de algún pájaro era abrumador y seguíamos sin avistar ningún animal, aunque Marbella sabía muy bien donde íbamos a encontrarlos.

Después de una dificultosa caminata entre barro, raíces, hojas y espesa vegetación, nos tomamos un descanso para hacer alguna foto y observar las copas de los árboles por si avistábamos algún mono.

Y efectivamente, Marbella, nuestro guía, nos indicó donde había un mono de cuello blanco al que pudimos finalmente fotografiar. No parecía muy huidizo y pudimos acercarnos bastante.

¡Prueba superada! Menudos expedicionarios estábamos hechos, habíamos fotografiado a un mono y estábamos tan contentos, ahora solo faltaba conseguir las fotos con los colobos rojos que actualmente están clasificados como una especie en peligro y que desde 1990 fueron adoptados como especie emblemática para representar la conservación biológica del archipiélago de Zanzíbar. Esperábamos tener suerte.

Y la hubo, nuestro acompañante sabía muy bien donde podrían estar y en una ensenada empezaron a salir en gran número. Su nombre propio es el mono colobo rojo, también conocido como colobo rojo de Kirk, antiguo gobernador de las islas que fue quien los descubrió.

En swahili, estos monos son conocidos como "Kima Punju", que, traducido literalmente, significa "mono venenoso". Obtuvieron este nombre porque tienen un fuerte olor corporal, lo que provocó que las personas tuvieran opiniones negativas sobre ellos y empezaron a matarlos.

Pero no, no son venenosos, pero en el imaginario de los locales se llegó a creer que ejercen una influencia demoníaca sobre los árboles en los que se alimentan, llegando al extremo de talarlos. Es una especie principalmente folívora y las hojas consumidas son generalmente pequeños brotes de los árboles.

Bien, habíamos conseguido lo más importante del recorrido, fotografiar a los monos de lomo rojo, ya solo faltaba conocer el bosque de manglares y los arroyos que los circundan. Al estar más alejados, íbamos a ir en coche pero... ¡Se averió! Marbella intentó pedir ayuda a lugareños pero parecía que iba a ser complicado arreglarlo sobre la marcha. No tuvo más remedio que llamar a otro coche y otro conductor para que nos llevara a la playa de Paje que era nuestro siguiente destino.

Una pena, porque no solo nos quedamos sin ver los manglares, si no que tuvimos que esperar más de una hora en la cabaña del parque hasta que vino el nuevo conductor !Cosas que nos pasan en los viajes!. Podéis leer todo nuestro viaje en Viaje a Zanzíbar (Tanzania) con escala en Dubai: Vuelos, ruta, hoteles e información práctica



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