Nicosia o Lefkosia, la última capital dividida de Europa y del mundo, es casi una obligación visitarla estando en Chipre. Nosotros le dedicamos una tarde porque todo lo que habíamos leído de ella era negativo y fue un error porque Nicosia es una ciudad con un casco antiguo amurallado y magníficos monumentos para visitar y si además se cruza a la parte turca se necesita al menos un día para su visita, pero esto lo sabríamos después.
UN POCO DE HISTORIA
Un brevísimo resumen histórico de porqué se llega a esta situación de Chipre dividido: Allá por el siglo XV antes de Cristo los griegos llegaron a la isla de Chipre asentándose en ella, para los griegos esta isla era el lugar del nacimiento de Afrodita, la diosa del amor y la belleza, pasaron egipcios, romanos y quedó el lugar en manos del Imperio Bizantino tras la caída del Imperio Romano. Los turcos aparecen en el lugar en el siglo XVI, cuando el Imperio Otomano la invade.
Bajo el poder del Imperio Otomano la isla entra en declive y es en el siglo XIX cuando surge un movimiento nacionalista, motivado por la pobreza y una fuerte presión impositiva, que deseaba la reunificación con Grecia al igual que había ocurrido con otras islas del Egeo. En 1878 la isla de Chipre cae bajo el dominio del imperio británico que se mantuvo hasta 1960; bajo el dominio inglés el movimiento greco-chipriota vuelve a tomar forma e incluso nace un movimiento armado. En 1960, Chipre firma su independencia con dos líderes a su frente: el Arzobispo Makarios III por parte de los greco-chipriotas y el doctor Fazil Kucuk por parte de los turco-chipriotas, en la que se reparten la presidencia y vicepresidencia respectivamente.
Pero esto no solucionó sus problemas y prácticamente vivían en una guerra civil no declarada, los greco-chipriotas queriendo reunificarse con Grecia y los turco-chipriotas solicitando la división de la isla en dos estados que claramente apoyaba Turquía y que había comenzado a enviar a turcos a la isla para igualarse en número de habitantes. Intervino la dictadura militar griega que consideraba una traición que Makarios III insistiese en continuar como un país independiente y en 1974 los griegos dan un golpe de estado para destituir a Makarios que logra huir con la ayuda de los ingleses. Ante esta situación, Turquía invade el norte de la isla en una operación militar en toda regla desembarcando en el puerto de Kyrenia. Avanzan sin oposición de los greco-chipriotas que no tenían prácticamente medios. Unos meses después se produce un enfrentamiento de ambos ejércitos en la región de los Trodoos y los turcos-chipriotas consideran que han conseguido su objetivo y marcan sus fronteras en la que se se conocerá desde entonces como "línea verde", pero no contentos con esto crearán alrededor de ésta una zona de seguridad que dejó a miles de personas sin hogar y miles de desplazados que no pudieron regresar a sus pueblos.
Y así llegamos a la aparición de Chipre con capital en Nicosia o Lefkara, país de la comunidad económica europea y de la denominada República del Norte de Chipre con capital en Nicosia del Norte, no reconocida por ningún país del mundo excepto Turquía.
NUESTRA VISITA A NICOSIA
Bien, llagamos a Nicosia en un bus público desde Larnaca en unos 50 minutos con un billete de ida y vuelta que nos costó 7 euros. El bus paró en la estación de Solomos, muy céntrica y junto a la muralla de la ciudad. Estaba casi todo levantado por obras y nos costó encontrar el acceso a la ciudad amurallada. Tras un café y un agua fresquita, eran las dos y media de la tarde y el calor apretaba, tomamos la peatonal Calle Ledras que es el centro comercial de la ciudad antigua de Nicosia y te lleva directamente al Check Point o frontera con Nicosia del Norte, quedando la calle dividida entre dos países; este paso es tan solo peatonal. Existen en la ciudad, fuera de las murallas, otros dos pasos fronterizos: unos de uso exclusivo para asuntos diplomáticos y el otro al oeste para paso de vehículos y también de peatones.
Pasamos primero el control del DNI con la policía Chipriota, recordad que los ciudadanos de la Unión Europea no necesitan pasaporte como ya os contamos en nuestra Excursión a Chipre del Norte: Salamina, Iglesia de San Bernabé y Famagusta, lo cruzas y caminas por la famosa línea verde con edificios abandonados, aunque en este caso muy bien conservados y pintados pero con ventanas y puertas cubiertas de ladrillos. Unos pocos metros adelante, ya habíamos atravesado la línea verde, estaba el control de la policía turco-chipriota y habíamos entrado en este país fantasma que tan solo reconoce Turquía.
La Nicosia turco-chipriota
En el mismo punto fronterizo nos dieron un montón de folletos sobre Chipre del Norte. Las banderas Turcas ondean por todos lados junto a la creada por la República del Norte de Chipre. Nada más que se traspasa el Check Point y todavía en la calle Ledras, uno siente que algo ha cambiado y que te encuentras en un ambiente más oriental y que podrías estar en cualquier zoco de un país musulmán.
Pasearse por sus estrechas calles es una delicia, las tienen muy bien cuidadas y limpias, llenas de tiendas, bares y restaurantes, altamente interesante ir buscando la Línea Verde que divide la ciudad en la que te van encontrados carteles que prohíben hacer fotografías y en las que están cortadas por un muro de ladrillo y alguna que otra alambrada. Sorprende muchísimo caminar por una calle y encontrarte un muro, muchos cargados de grafitis, sabiendo que no pasarás. ¡Tremendo!
Hay carteles informativos por toda la ciudad marcando la ruta de los monumentos más interesantes para visitar en ambos lados de la ciudad de Nicosia, estos no los encontraríamos por ningún lado en la Nicosia europea.
La Catedral de Santa Sofía, hoy Mezquita Selimiye es uno de los monumentos más interesantes en esta parte de la ciudad. Esta antigua Catedral gótica, la mayor de toda la isla de Chipre, fue convertida en mezquita y se ve desde casi toda la ciudad por la enorme altura de sus minaretes; como ya vimos en Famagusta o en la propia Larnaca, que os hemos contado en Qué ver en Larnaca en un día, han eliminado todos casi todos los símbolos cristianos, tanto exteriores como interiores.
Otro de los monumentos de gran interés en Nicosia del Norte es el Buyuk Han, un caravansarai construido por los Otomanos en el siglo XVI. A lo largo de su historia ha tenido distintas funciones, incluida la de cárcel. En los años 90 del siglo XX se reformó y hoy es uno de los lugares más agradable de la ciudad con restaurantes, café y tiendas.
En nuestro deambular por la ciudad vimos la Iglesia de San Nicolás convertida en un centro cultural, el Mercado de la Ciudad que aunque estaban recogiendo pudimos ver su limpieza y a sus gentes vendiendo mercancías. Y nuevamente buscamos el camino a la calle Ledras para cruzar el Check Points y regresar a la ciudad europea de Nicosia, no sin antes tomar imágenes de rincones muy bonitos y coloristas. Sí observamos que la policía chipriota revisaba los bultos de algunas personas para evitar el paso de falsificaciones.
La Nicosia chipriota
No sabemos si llamarla la Nicosia Chipriota o la Nicosia Grecochipriota porque la realidad es que en esta zona de la ciudad, casi como en todo el país, no vimos más que banderas griegas y ni una sola chipriota. Desde luego pocos sitios hay en el mundo como esta ciudad.
Lo primero que nos llamó la atención fue encontrarnos un café en que su pared decorativa eran sacos, bidones y alambradas del muro. ¡Todos tan tranquilos disfrutando de la tarde a la sombrita!
Dejamos la calle Ledras a nuestra derecha y nos sumergirnos en un entramado de calles estrechas y algunas de ellas peatonales con un estado de conservación, en algunos momentos, lamentables. Daba la sensación de que esa parte de la ciudad estaba abandonada aunque no era así. Casas en perfecto estado, algunas del más puro estilo mediterráneo conviviendo con otras en absoluto abandono.
Nuestro camino se dirigía hacia el Museo Nacional de Arqueología de Chipre, pero nos fuimos encontrado un conjunto de pequeñas iglesias bizantinas que no pudimos dejar de visitar. Una de las más bellas de la ciudad es la Iglesia ortodoxa griega del Arcángel Miguel Tripiotis, construida en estilo bizantino en el año 1695 con piedra pulida. El interior es bellísimo con un iconostasio impresionante.
Pudimos visitar las iglesias de San Sava, construida en 1850 y la Iglesia de las Santos Cipriano y Justino. Ambas interesantes para realizar una pequeña parada.
Las horas pasaban rápido y emprendimos retorno. Vimos que estaban empezando a montar mesas en muchas calles lo que nos hizo suponer que la noche en Nicosia debería ser bastante animada e incluso nos encontramos grafitis preciosos.
No queríamos dejar la ciudad sin antes pasar por el conocido barrio popular (Laiki Geitona), un pequeño entramado de calles con edificios tradicionales de finales del siglo XIX que han sido restaurados y convertidos en restaurantes, tiendas de artesanías y souvenires. Un lugar muy agradable para pasear.
Desde aquí volvimos a la estación de Solomos para coger nuestro bus a las 7 de la tarde, ya veis en la fotografía que llegamos muy justitos de tiempo.
Una vez finalizada nuestra visita, supimos que Nicosia tiene mucho más interés que lo que habíamos leído. Bien merece una visita a esas murallas venecianas con bastiones que rodean la ciudad, bien merece la pena recorrer el Museo Arqueológico y de Arte Bizantino que es el más importante de la isla, bien merece la pena una vista a la Catedral. En fin, Nicosia habría necesitado un día completo para poder explorarla con tranquilidad. Nicosia es una ciudad única y peculiar, dividida entre dos países, un lugar para conocer lo absurdo de la política y de la religión, un lugar imprescindible que visitar en un viaje a Chipre.
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