A unos 20 kilómetros de Olite donde estábamos alojados, se encuentra Ujué, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España. El recorrido es espectacular por una buena carretera, aunque por supuesto con varias curvas hasta llegar al pueblo. Ujué está situado en una atalaya sobre la sierra del mismo nombre, donde se puede disfrutar y contemplar su Iglesia Fortaleza con unas vistas únicas, siendo uno de los pueblos elegidos como Maravilla Medieval a nivel Nacional.
En el punto más alto del pueblo se encuentra la iglesia fortificada de Santa María del siglo XII. Para acceder a ella hay que subir unas cuantas escaleras desde el aparcamiento. En este bonito sitio al menos no hay que pagar entrada, lo cual se agradece cuando haces un recorrido turístico y te cobran entrada por todo. Tiene un estilo románico con añadidos góticos, un santuario para los aldeanos, visitantes y peregrinos que pasan por allí y le rinden homenaje. Las tranquilas calles empedradas se extienden hacia abajo y hacia afuera desde la iglesia que preside la campiña circundante de olivos y pequeños viñedos, además de los casquetes de nieve de los Pirineos que se atisban en la distancia.
Han hecho una buena y respetuosa reforma, además al ser una zona de vientos fuertes han protegido la portada y ábside y se conserva realmente bien. Las vistas son realmente espectaculares.
La fortaleza fue derruida prácticamente quedando solo dos torres almenadas, y de la iglesia podemos disfrutar en este momento de sus tres ábsides semicirculares románicos, su nave central y el coro gótico. Las columnas poseen extraños capiteles y las ventanas tienen arcadas ciegas. También se guarda la imagen de la Virgen de Ujué, realizada en el siglo XII, es de estilo románico y forrada en plata, custodiada tras una rejería.
Atada a la rejería se encuentra una medalla de la Virgen a la que los fieles y peregrinos besan. Nos imaginamos que será un rito en relación a su leyenda:
"Una paloma entraba y salía del agujero de una peña. Un zagal que pastoreaba movido por la curiosidad se acercó con la intención de espantarla.. Al comprobar como la paloma seguía con su aleteo insistente; se acerca y contempla esa bella imagen románica de Ujué, parece provenir del euskera Uxue, que en castellano significa paloma. Sobrecogido por el impacto de la aparición de la efigie mariana avisa a la población, donde hoy se encuentra la ermita de la Blanca, y todo el pueblo cambia de lugar. Así nace la Villa de Ujué. La Virgen dio nombre a este pueblo de la Navarra Media."
Bonita leyenda pero la historia nos apunta que la fortaleza de Ujué aparece en la historia cuando el rey del reino de Pamplona, Iñigo I de Pamplona, da orden de su construcción a mediados del siglo IX, en defensa del Islam, y así situado en un lugar estratégico empezó al poco tiempo a crecer en población edificándose a su lado la iglesia románica de Santa María.
Posteriormente, el rey Carlos II de Navarra dio orden de remodelar la estructura de la iglesia-fortaleza, la cual pasó a una sola nave de estilo gótico, se construyó un coro, unas torres almenadas y dos preciosas portadas, mejorándose los accesos a la ciudad y reforzando sus murallas. Tras la conquista del reino de Navarra por Castilla, la fortaleza fue derruida y lo que podemos ver actualmente es una parte de lo que llego a ser.
Y si es bonita la iglesia, el conjunto del pueblo que tiene unas calles muy curiosas y estrechas con rincones que llaman la atención, sus calles empedradas invitan al paseo y te hacen sentir en otra época. Merece la pena hacer una visita a sus calles y a sus rincones con sabor medieval.
Y si los pasadizos y recovecos del pueblo valen la pena, no lo es menos las magníficas vistas que se pueden observar en un día claro, aunque frío desde las afueras del pueblo. Allí contemplamos durante algunos minutos, sentados en un banco la grandiosidad del paisaje.
Aún nos quedaba buena parte del día, el pueblo se empezaba a llenar de turistas y queríamos comer en Sangüesa y visitar su fantástica Iglesia, por lo que volvimos al aparcamiento y seguimos nuestra ruta.