Qué ver en Centro Habana y el barrio de Vedado, otros dos barrios significativos en la Ciudad de La Habana, será lo que Turisteando el Mundo cuente en este relato. Ya os he hablado de la La Habana Vieja y sus fortificaciones que es Patrimonio de la Humanidad.
Centro Habana
Centro Habana es otro barrio o distrito de La Habana, capital de Cuba, localizado entre La Habana Vieja y Vedado. Otro de los barrios de imprescindible visita en la ciudad y aunque no está tan bien conservado como la Habana Vieja tiene muchos lugares muy interesantes.
El Paseo de Martí, antes llamado Paseo del Prado, es una gran avenida que se construyó fuera de los muros de la Habana Vieja y que hoy actúa como línea divisoria entre ambos barrios. Su inicio se encuentra en el Malecón de La Habana y tiene una longitud de unos dos kilómetros. Cuentan la inspiración para esta gran avenida se encuentra en las Ramblas de Barcelona.
El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso se encuentra en el Paseo de Martí, justo al lado del Capitolio Nacional de Cuba, siendo una de las instituciones culturales más importante de Cuba y de América Latina. Su construcción se inició a principios del siglo XX en estilo neobarroco con cuatro esculturas de mármol blanco en su fachada que simbolizan la beneficencia, la educación, la música y el teatro.
El Capitolio Nacional de Cuba es, sin duda, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Es la viva imagen del Capitolio de Washington pero como presumen los cubanos, un metro más alto, ancho y largo que éste. Se empezó a construir en el año 1926 con respaldo norteamericano, tardó más de tres años en finalizarse y se emplearon más de diecisiete millones de dólares. Se usó como sede del gobierno pero en 1959, Fidel Castro lo convirtió Academia Cubana de las Ciencias y la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología. La verdad es que es impresionante pero no pudimos visitarlo porque estaba cerrado.
Las palmeras del fondo en la fotografía del Capitolio son del Parque de la Fraternidad y justo detrás se encuentra el barrio Chino, en el que hubo tiempo de darse un paseo y mirad que me hubiera gustado.
La Fábrica de Tabacos Partagas, fue una de las visitas que más me gustaron pues había visto tantos reportajes de la elaboración de los puros cubanos y me encantó conocerla, aunque me sorprendió que todos los trabajadores eran muy, muy jóvenes y no nos dejaron hacer fotografías a los enrolladores de puros. Hay que hacer visita guiada y en ella nos hablaron de las plantaciones de tabaco, secado y selección de las hojas, como se enrollan que fue lo que más me gustó, empaquetado, marcas , etc. Terminas pasando por la tienda y alucinas de los precios.
El Callejón de Hamel es un lugar de arte callejero en el que se rinde homenaje a la cultura afrocubana de la isla. El creador de este proyecto fue Salvador González Escalona, pintor, escultor y muralista, trató en 1990 revitalizar una calle olvidada por el tiempo y por la ciudad, creó una Galería de Arte, un Nganga que es el lugar sagrado para la celebración de los ritos de la religión de Palo Monte. Se crearon murales, se utilizó material de reciclaje, pero sobre todo intentó crear un lugar donde el barrio formara parte de él. Y desde luego que lo consiguió porque en 2021 el lugar sigue vivo.
Saliendo de estos dos barrios, hicimos una incursión en Miramar o la Playa, como también se conoce, al que fuimos para comer en un restaurante de comida criolla de los que tienen más fama en la ciudad, se llama El Aljibe y la comida estaba absolutamente deliciosa. Como siempre me olvidé hacer fotografías de la comida y esta que veis la descargué de la web del restaurante porque fue nuestro menú, eso sí, sin manteles.
Bario de Vedado
Vedado es el centro cultural, político, comercial y residencial de La Habana; conocido oficialmente como Municipio de Plaza de la Revolución. Hay un gran número de casas señoriales de inicio del siglo XX casi todas preciosas pero que han corrido una suerte diferente, como os muestro en la imagen inferior.
Este barrio también tiene su zona de rascacielos con avenidas espaciosas que trataron de emular a ciudades como Nueva York y Miami. Un lugar muy interesante con grandes hoteles de los que hablaremos más abajo, restaurantes, cafés, clubes de jazz o heladerías licorerías.
La Universidad de la Habana es uno de los principales monumentos que podemos encontrar en este barrio y como además estaba a unos cien metros del hotel, allá que fui a conocerla pero me encontré todo cortado y tan solo puede verla de lejos. Esta universidad fue fundada en el siglo XVI y su transformación vendría en el siglo XVII de la mano de los frailes dominicos.
La Plaza de la Revolución, llamada hasta 1959 La Plaza Cívica, es el lugar de La Habana con más carga política desde le triunfo de la Revolución Cubana. Tiene más de setenta mil metros cuadrados y se han llegado a concentrar en ella más de un millón de personas como en los congresos del partido o el triunfo de la Revolución. En el centro se encuentra el Memorial José Martí, un enorme monumento en forma de estrella que alberga un museo y un mirador a 130 metros de altura que debe conceder unas vistas de la ciudad increíbles pero estaba cerrado. En uno de los laterales está el Ministerio del Interior con el famoso mural del Che Guevara con la frase “Hasta la Victoria Siempre” y el otro es el edificio de telecomunicaciones con la imagen de guerrillero Camilo Cienfuegos. en otros dos de los laterales de la Plaza se encuentra el Teatro Nacional de Cuba y la Biblioteca Nacional José Martí.
El cementerio de Cristóbal Colón es Monumento Nacional, considerado por sus obras arquitectónicas y esculturas uno de los cementerios más importantes de toda América al igual que ocurre con el cementerio de La Recoleta en Buenos Aires (Argentina). No lo visitamos pero pasamos por él y a los que os gusten las necrópolis merece una parada.
La heladería Coppelia, otro de los lugares en Vedado que había que conocer pero fue una gran decepción porque no pudimos tomarnos un helado de fresa y chocolate que hizo famosa la magnífica película "Fresa y Chocolate" en la que se rodaron algunas escenas. Cuando llegamos después de comer entramos en terrazas al exterior y en una nos dijeron que había que hacer una reserva el día anterior, tan solo una mesa ocupada; en la siguiente terraza que al parecer era libe preguntamos dónde sentarnos y resulta que había que hacer cola en un parque aledaño, dos mesas ocupadas tan solo, y en este parque una cola de bastantes personas. Así pues nos saltamos el helado porque aquello era incomprensible.
Como no hay mal que por bien no venga frente a la heladería había dos mercados de artesanía muy interesantes y uno de ellos en la Plaza del Quijote con una escultura preciosa de nuestro caballero andante más famoso y como no podía ser de otra forma hice fotografías por doquier.
De camino al barrio de Miramar, donde comeríamos, recorrimos los casi ocho kilómetros del Malecón habanero, uno de los lugares que más me atraía conocer por algunas novelas que había leído de Reinaldo Arenas, confirmándose la sensación que había tenido durante toda la mañana y es que la ciudad de La Habana estaba prácticamente vacía y la gente no tenía tiempo de paseos y esparcimiento, aquí ví el estado lamentable en el que se encuentra una gran parte de la ciudad, con edificaciones cayéndose, las habitadas muy descuidadas con pequeñas islas de zonas cuidadas y arregladas. Otro motivo más para algún día volver a este país cuando la situación mejore.
En Vedado se encuentran dos de los hoteles más conocidos de la ciudad, el primero es el Hotel Nacional de Cuba levantado en 1930 con un estilo ecléctico, art decó y neoclásico fue declarado Monumento Nacional por sus características arquitectónicas , al estar muy cerca de nuestro hotel queríamos conocerlo y disfrutar de un mojito viendo el atardecer frente al Malecón; lo primero pudimos hacerlo pero lo segundo no porque estaba muy nublado. En cualquier caso lo disfrutamos y volvimos a comprobar que los cubanos en estos tiempos no están ni para paseos ya que eran las seis de la tarde y estaba todo desierto, como todos los lugares que habíamos visitado durante el día.
El segundo hotel de Vedado es el Tryp Habana Libre, uno de los hoteles más grandes de Cuba y donde nos alojamos. A mí personalmente me encantó y estar en la planta 23 con unas vistas de la ciudad impresionantes más. Este hotel fue diseñado por el grupo Hilton en los años 50 y abierto en 1958. Hoy pertenece a la cadena Meliá. En sus orígenes se llamó Habana Hilton pero en 1959 fue tomado por Fidel Castro y aquí se instaló durante los primeros meses de la revolución y es que no tenía mal gusto, en este momento fue cuando lo bautizó como Habana Libre, nombre que ha mantenido hasta hoy. El hotel es muy bonito con varios restaurantes, piscina al aire libre, bares y distintos comercios en el exterior. También tiene varias obras de arte y una galería con fotografías dedicadas al periodo de los primeros días de la revolución. En la fachada tiene un enorme mural conocido como Carro de la Revolución de la artista Amelia Peláez, con un estilo muy picassiano.
El hotel se encuentra en la Calle L con la intersección de la Avenida 23, dos de las arterías principales de ciudad con más tráfico, si me preguntan a qué huele la Habana diré que a mar y gasolina porque el olor a ésta en este barrio era insoportable. Pero luego subía a la habitación y las imágenes eran de infarto, más abajo la luna queriendo hacerse visible entre tanta nube con la ciudad y el mar como espectadores.
Y como despedida de la hermosa Habana, la última mañana esperando que nuestro autobús nos recogiera para seguir viaje hacia Santa Clara y Cienfuegos, una foto con uno de esos coches de los años 50 en los que me hubiera encantado dar un paseo pero no hubo tiempo.
