En el año 2017 la UNESCO admitió en la Lista Indicativa propuesta por Francia para ser Patrimonio Mundial de la Humanidad a la "Ciudad de Carcasona y sus castillos centinela de montaña" y entre ellos figura este castillo.
El Castillo de Queribus fue el ultimo bastión de la resistencia cátara en caer ante los cruzados albigenses en 1255. Se enclava en pleno corazón del macizo de Les Corbières en lo alto de un estrecho pico rocoso, situado a 728 metros de altitud y reconocible por su imponente torreón rodeado por tres recintos amurallados defensivos.
Llegamos al aparcamiento del que sale el camino al acceso del castillo después de haber hecho los 12 kilómetros que lo separan del Castillo de Peyrepertuse, que fue nuestra etapa anterior. Desde la carretera su silueta es imponente, como la de un vigía de piedra que acecha y vigila la llanura del Rosellón que tiene a sus pies. Lo que no es posible imaginar es como se llegó a construir y de que forma subieron los materiales.
La zona de acceso al castillo es la mejor de las que vimos, ya que tiene lavabos e incluso un bar y una zona de esparcimiento con bancos donde puedes comer, que es lo que hicimos nosotros, pues llevábamos unos bocadillos que habíamos preparado en Carcassonne y era bastante tarde.
La entrada al castillo cuesta 6,50€, la más cara de todos, más otros 4€ opcionales si se quiere audio guía, pero también en la caseta instalada en la entrada se puede ver un audiovisual (en francés) por 2€ que nos vino de perlas para hacer la digestión, disfrutar del aire acondicionado y conocer la historia del castillo de forma cómoda. Allí vimos que en el interior tiene una galería gótica sostenida con una sola columna. En su exterior cuenta con numerosos dispositivos militares para permitir que el castillo se defienda, como hendiduras para disparar flechas y muros en ángulo para desviar proyectiles.
Para recabar más información dirigirse a su página web: CASTILLO DE QUERIBÚS
El castillo de Queribús es uno de los cinco castillos fronterizos que se construyeron durante la Edad Media para controlar la frontera entre los reinos de Aragón y Francia. Eran llamados los 5 hijos de Carcassonne que formaban la vía cátara que unía Carcassonne con el Mediterráneo. Los otros son: Peyrepertouse, Aguilar, Thermes y Puilaurens. Pero hay más, como el de Montsegur, que sin duda alguna el más emblemático.
Los orígenes de la fortaleza data del siglo X-XI y es fácil ver por qué se eligió esta ubicación, es la situación más inexpugnable y con vistas excepcionales de la región circundante permitiendo la vigilancia de una gran área de tierra. Fueron los Condes de Barcelona sus primeros propietarios antes de ser transferido a Aragón y luego a Narbona a fines del siglo XII, poco antes de que comenzara la cruzada contra los cátaros .
El castillo estaba en manos de Chabert de Barbaira, un caballero occitano partidario de los cátaros, que permitió que el castillo fuera utilizado como refugio y debido a una fuerte relación que mantenía con el Señor del Rosellón, el castillo logró evitar los peores excesos de los cruzados albigalenses. Sin embargo, cuando murió el Señor del Rosellón en 1241, esta protección llegó a su fin, y el castillo fue finalmente asediado y capturado en 1255, siendo el último bastión que cayó en manos de los cruzados, once años después de que cayera Montsegur. Imaginar el asedio de los cruzados y pensar de qué modo podían abastecerse y subsistir, pone la piel de gallina.
Durante los siguientes dos siglos, el castillo se reforzó de forma considerable y mantuvo el control sobre la frontera hasta 1659, cuando el Tratado de los Pirineos estableció nuevas fronteras más al sur. El castillo fue ocupado solo ocasionalmente a partir de entonces y una vez acabada la Revolución en 1789 fue completamente abandonado cayendo en ruinas.
Ni que decir tiene que el paisaje del entorno es sobrecogedor y también desde Queribus se divisa el Castillo de Peyrepertouse en lo alto de la montaña. Estaba claro que no íbamos a esforzarnos en subir hasta el castillo y además pagar una entrada que nos parecía excesiva. El sendero era más ancho, enmarcado por arbustos, pastos y flores silvestres, pero también salpicado de excrementos de cabra y con abejas que zumbaban en el aire, así que nos dirigimos al coche para continuar camino a Perpignan. Podéis leer todo el viaje en "Ruta en coche de 12 días por el País Cátaro: España, Andorra y Francia" .
Posdata: Desde aquí agradecemos la honestidad de los franceses y en especial la del propietario del bar que estaba en el acceso al castillo, porque después de haber llegado a Perpignan (42 kilómetros) nos dimos cuenta de que nos habíamos dejado la cámara de vídeo. Conseguimos llamar y efectivamente la habían guardado, así que tuvimos que hacer 84 kilómetros más ese día que al menos acabó bien. Muchas gracias.
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