Comienzo de nuestro viaje y a pesar de llevar ya unos cuantos, seguimos sintiendo ese "gusanillo" antes de empezar uno nuevo. Nuestro vuelo con destino Bonn salía de Madrid a las 20:30 h. del viernes 30 de diciembre, los dos habíamos trabajado ese día y nada más salir de la faena, nos dirigimos a ultimar los detalles que nos faltaban.
Llevábamos ropa de invierno que abulta más y por lo que tuvimos que hacer 3 maletas (2 de mano y una más grande) para los 8 días de viaje. Eso suponía un engorro a la hora de desplazarse al aeropuerto en metro o autobús, pero tuvimos la suerte de hacer valer una promoción de 20€ de MyTaxi y el traslado al aeropuerto en taxi sólo nos costó 10€. Estábamos desconfiados si sería verdad lo del descuento, pero aseguramos que sí, que fue del todo verdadera la promoción de esta compañía. Muy recomendable pedir un taxi a través de esta aplicación, ya que incluso puedes saber por GPS por donde va circulando antes de recogerte. y el tiempo que tardará. Además del pago a través del móvil, que te evita molestos cambios. Por si fuera poco, teníamos 2 vales descuentos y el segundo lo haríamos valer a la vuelta.
Tuvimos un vuelo tranquilo aunque con algo de retraso, que nos perjudicó bastante, ya que tuvimos la mala suerte de perder el último autobús que enlazaba el aeropuerto con Bonn y que salía a las 23:10. No nos quedaba más remedio que coger un taxi (la línea de tren se encuentra en obras) y allí no teníamos descuentos. La carrera nos salió por nada menos que 47€, una gran puñeta, pero en fin, no todo sale redondo.
Habíamos reservado (por Booking.com) hotel junto a la estación el Hotel Continental, un cuatro estrellas que estaba bastante bien con habitación grande, cama cómoda de grandes dimensiones y que nos sorprendió al día siguiente por su variado y delicioso desayuno.
Un poco más tarde de la medianoche y después de un check in rápido, estábamos haciendo uso de la cama de la habitación. Nos despertamos temprano sobre las 07:30 h. Allí todavía es de noche, pero queríamos aprovechar el día. Desayunamos y nos dirigimos a comenzar la ruta de la ciudad y que os mostramos a continuación
Bonn, como bien sabéis, fue durante 40 años la capital de la antigua República Federal Alemana, al haberse destruido Berlín y elegida por el presidente Adenauer que se educó en esta ciudad. El carácter de sus más de 300.000 habitantes es extremadamente tranquilo, no hay prisas para nada. Quizás vivir en las orillas del Rhín con sus barcos desplazandose por su caudal y las montañas Siebengebirge como fondo influya en su personalidad apacible.
Su historia abarca desde su fundación por los celtas, el paso del Imperio Romano que la llamó Bonna, el imperio carolingio que la convirtió en centro religioso y por fin, la época de grandeza prusiana con los estilos barroco, rococó y más tarde el Art Nouveau como vestigios de aquellos años.
QUE HACER Y QUE VER EN BONN
Empezamos nuestro paseo con una ligera lluvia que un poco más tarde desaparecería y antes de llegar a la Catedral, nos topamos con toda una institución en Bonn.
Una casa de juguetes de más de 100 años, en un edificio precioso de estilo Art Nouveau. Una delicia ver sus escaparates. Justo detrás del Puppenkönig se encuentra la Catedral de San Martín. Fue construida entre los siglos XI y XIII entremezclando sabiamente el románico tardío y gótico incipiente. Llegó a ser por su tamaño, la primera construcción eclesial en las orillas del Rhin. Se edificó sobre los sepulcros de los mártires Casio y Florencio patronos de la ciudad, antiguos legionarios de Roma que se negaron a seguir persiguiendo cristianos por lo que fueron ajusticiados y ejecutados por decapitación.
Unas enormes esculturas que representan sus cabezas, se encuentran instaladas a la entrada de la Iglesia.
Aunque no llegamos a entrar (lo hicimos al día siguiente), en su interior, remodelado en su totalidad durante el siglo XVI, destaca el claustro, una decoración barroca, dos altares de mármol y una figura en bronce de Santa Elena. En la plaza donde se encuentra la Catedral, la llamada Münsterplatz nos encontramos con una escultura de Chillida, llamada "Música IV". Seguimos andando por la plaza y ya con la Catedral a nuestras espaldas, llegamos al verdadero icono de la ciudad. La estatua de su hijo predilecto... Beethoven. El monumento a Beethoven es una gran estatua de bronce, con base de piedra grabada con varias inscripciones. Se inauguró el 12 de agosto de 1845, en honor al 75º aniversario del nacimiento del compositor. Beethoven nació y vivió en Bonn hasta los 18 años. El homenaje de la ciudad natal de Beethoven se anticipó más de tres décadas al de Viena, lugar de acogida del músico, que no dispuso de su propio monumento hasta 1880.
Unas cuantas fotos por la Münsterplatz y continuaríamos el paseo hacia Marketplatz donde se instalan las casetas navideñas y los puestos ambulantes de alimentación.
En nuestro camino nos topamos con casas restauradas de forma ejemplar, de ellas resalta una histórica casa de vigas de madera entramada, llamada Knusperhäuschens. Las calles tienen su encanto y además son peatonales, las tiendas lucen sus mejores escaparates.
Llegamos a Marketplatz, donde se encuentra el Rathaus (Ayuntamiento) de la ciudad. Un espléndido edificio del siglo XVIII de estilo rococó, en el que destaca su escalera dorada. Aunque las dependencias municipales cuenta con edificios más grandes y más modernos, el edificio se sigue utilizando como objeto de representación y de recepción de personalidades.
Desde aquí, nos dirigimos hacia la casa natal de Beethoven, caminando por las adoquinadas calles del centro histórico sin ningún problema, ya que todas ellas son peatonales. En varias calles y sobre todo en la de la casa de Beethoven hay en el suelo placas homenaje a músicos. Pero llegaba la decepción, la casa de Beethoven no se abriría hasta el día 3 de Enero, según rezaba un cartel en la puerta. Información que no figuraba en la página web, en la que especificaban que cerrabal el día uno de enero.
No obstante pasamos un buen rato en su puerta junto a animadores musicales disfrazados que además eran... ¡¡¡Españoles!!!
Llegamos al final de la primera ruta preparada para esta ciudad. Un descanso para un café y continuamos recorriendo la ciudad con la siguiente ruta.
Partiendo de la casa de Beethoven, fuimos a Sterntorbrucke, la calle desde donde salen todos los autobuses interurbanos y muchas de las líneas de tranvía y buses urbanos. Además estaba cerca el restaurante que contratamos por internet para celebrar la cena de Nochevieja y queríamos situarnos para ir por la noche.
En esta calle se encuentra la puerta Sterntor, una muy visible huella del pasado romano y medieval de Bonn, esta puerta era parte de la muralla que seguramente rodeaba la ciudad. Queda poco de ésta, pero contemplar sus restos es al menos interesante. Desde estas ruinas, nos dirigimos a otro monumento con gran valor histórico, la Iglesia de San Remigio donde se casaron los padres de Beethoven y donde le bautizaron.
Por otro lado, fue aquí, donde el jovencísimo Beethoven tocaba el órgano en las misas, con tan sólo 10 años de edad. Data del siglo XIV y construido por los monjes franciscanos. Se trata del único edificio en estilo gótico conservado en Bonn. Dispone de ventanas ojivales y contrafuertes en el coro y en los laterales de la estructura de la fachada. También destacan sus grandes vidrieras, aunque no son originales al haber sido destruidas en la guerra. Justo enfrente de la Iglesia, se encuentra un bar español, "Tapa´s" con terraza. Lo reseñamos por si hay alguien que viajando allí, eché de menos la comida española.
Desde San Remigio fuimos en dirección a la ribera del rio Rhín, para eso, tuvimos que atravesar la avenida Adenauer a través de un pasaje subterráneo, ya que ésta, si tiene tráfico de coches. El pasaje, lleno de grafitis con alguno como el de la foto, realmente bien hecho, nos lleva al parque donde está enclavado el Teatro de la Opera de Bonn y desde donde el puente Kennedy nace para atravesar el Rhin y unir la otra parte de la ciudad. El edificio actual, con una capacidad para más de 1000 personas, se construyó en 1965, ya que el anterior edificio fue destruido durante la II Guerra Mundial, alberga en la actualidad no sólo a la compañía de ópera, sino a la compañía de ballet y al teatro oficial de Bonn.
El día, con temperaturas extremadamente suaves para la época del año, invitaba a pasear junto al río por una vereda muy cuidada, donde familias, ciclistas y corredores disfrutaban tanto de las vistas como de la atmosfera agradable que se respiraba. En esta zona de la ciudad se encuentran los embarcaderos de barcos turísticos donde es posible escoger uno de los diferentes cruceros por el Rhin, bien para los viajeros que quieran realizar uno de varios días como para aquellos que sólo prefieren un paseo en barco de pocas horas disfrutando de una vista panorámica de las orillas del río.
En la fecha que fuimos todos ellos estaban preparando las cenas de Nochevieja en el interior de los barcos. En el siguiente post os explicaremos que vimos aquella noche tan especial. Enfrente de los embarcaderos se encuentran los jardines municipales (Stadegarten) con un toque japonés en su diseño. Un antiguo bastión de 15 metros de altura cubierto totalmente de piedra protege las edificaciones de la parte alta. Subiendo las escaleras del muro nos encontramos con el Museo Egipcio de la Universidad, inaugurado en 2001 con más de 3.000 objetos del Antiguo Egipto, museo al que tampoco pudimos entrar por estar cerrado en fechas navideñas, pero que es de visita obligada si pasáis por allí. En su web podéis coger información.
Una vez subida la cuesta llegamos a la preciosa Universidad de Bonn. Creada hace doscientos años, es la más grande y una de las más prestigiosas Universidades del país, 7 premios Nobel estudiaron ahí, además de personajes célebres como Karl Max, Nietzche o el presidente Adenauer. Por desgracia, también tuvo como alumno al nazi Goebbels del que no se deben sentir muy orgullosos.
Se inauguró en 1818 por el rey Federico Guillermo III de Prusia, cuyo edificio principal sería el Kurfürstliches Schloss, de corte neoclásico. El campus es una gran extensión de praderas verdes donde los alumnos disfrutan del aire libre y se forman los grupos de jóvenes. En su alrededor hay caminos entre arboles y bancos de madera donde aprovechamos para comer unos bocadillos y hacer un pequeño descanso.
Palacetes y edificios anexos de la Universidad se distribuyen alrededor del campus, entre ellos destaca el Museo de la Academia, pos supuesto, también cerrado en Navidades. Posee una colección de antigüedades entre las que destacan los moldes en yeso de más de 300 estatuas antiguas griegas y romanas, es además, el museo más antiguo de Bonn.
Y aquí acabó la segunda ruta por la ciudad de Bonn y comenzaría la tercera que os indicamos en el siguiente plano.
Primero, echamos un vistazo a la Iglesia Evangelista, la Kreuzkirche o iglesia de la Cruz que, desde el siglo XIX esta destinada para el culto evangélico. Es la mayor iglesia luterana de Renania y la más grande de la ciudad de Bonn.
Nos dirigimos hacia la estación de tren, pasando por las calle Maximilianstrasse y los jardines de Kaiserplatze. Fue nuestro último paseo del día por Bonn, ya que queríamos ir a Brühl para ver los palacios de Augustusburg y Falkenlust, a 13 Km. de Bonn y que son Patrimonio de la Humanidad y en esta parte de Alemania anochece a las 16:30 h.
A las 14:00 h. cogimos el tren que nos llevaría a Bruhl, en el andén antes de partir, al oírnos hablar en español, se nos acercó una agradable mujer cubana con doble nacionalidad española que iba hacia Colonia para ver a unos familiares y que conversó con nosotros en el corto trayecto hasta la parada junto a los Castillos. Desgraciadamente, no nos acordamos de su nombre.
Nuestra visita a Brühl en la tarde del 31 de Diciembre está relatado en un post aparte debido a su importancia como Patrimonio Mundial de la Humanidad y que os invitamos a leer a través del siguiente enlace:
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