¿Qué ver y que visitar en Sighisoara, la ciudad Patrimonio de la Humanidad en Transilvania y cuna del mito de Drácula?
"Fundada por los llamados sajones transilvanos –artesanos y mercaderes alemanes–, esta ciudad ha conservado admirablemente su centro histórico, característico de las pequeñas ciudades medievales fortificadas. Durante varios siglos, Sighişoara desempeñó un importante papel estratégico y comercial en los confines de la Europa Central".
Así describe la Unesco su inclusión en 1999 en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, ya que es una de las mejores ciudades medievales conservadas en Europa detenida en el tiempo con estrechas callejuelas empedradas, empinadas escaleras para llegar a su parte alta, plazas encantadoras y torreones que nos hacen sentir su pasado.
Llegamos a Sighisoara procedentes de la bella y sorprendente ciudad de Targu Mures de la que dista 50 kilómetros y una hora de camino, después de su visita continuaríamos a la pequeña Sibiel donde comeríamos y para terminar el día en Sibiu; pero esto es otra historia y ahora nos centraremos en hablar de la joya de Transilvania.
El lugar que ocupa hoy la ciudad de Sighisoara fue un asentamiento dacio conocido como Sandova y posteriormente la Castrum Sex de los romanos, denominación que mantuvo hasta el siglo XIII. Los sajones venidos de Alemania durante la alta edad media, siglos XII y XIII, levantan la ciudad de Segesvár sobre los restos de la villa romana. En el siglo XIV la población apoya a Miguel el Bravo en su conquista de la región y la ciudad gana importancia económica y estratégica, consolidándose como núcleo urbano. El el siglo XVI ya está considerada como una de las ciudades más importantes de Transilvania en este momento ya controlaba la ciudad. Su Torre del reloj, por su valor estratégico estaba rodeada de una gran muralla de la que hoy todavía se conservan algunos torreones. Después de décadas de florecimiento, llegaron las invasiones y plagas que fueron mermando su importancia. El último gran acontecimiento histórico para Sighisoara, y para Transilvania, fue su anexión a Rumanía tras la derrota y disolución del Imperio Austro-Húngaro en la I Guerra Mundial.
Pero si por algo es conocida Sighisoara es por ser la ciudad natal de Vlad Dracula o Vlad Tepes, gobernante de Valaquia entre 1456 y 1462, conocido por su terrible violencia y por ser la base del mito de Drácula creado por Bram Stoker en el siglo XIX. Algo que fuimos viendo a lo largo de nuestra ruta por Transilvania.
La ciudad de Sighisoara se divide en dos zonas, la ciudad alta y la ciudad baja separadas por una muralla de casi un kilómetro de la que hoy se conservan 9 torres y dos bastiones. Aquí os dejamos un plano de la ciudad que compramos en la oficina de Turismo para que os orientéis pero la mejor opción en esta ciudad es perderse entre sus calles, entrar a aquellos lugares que veáis abiertos porque os conducirán a pequeños callejones y jardines realmente bellos, así como recorrer sus murallas y ver sus torreones y bastiones.
Empezamos por la Ciudadela de Sighisoara o Cetatea Sighisoarei, que es la ciudad amurallada. El centro de la ciudad se encuentra en la Piata Cetatii, la plaza más grande e importante y el núcleo más antiguo de la ciudad. A su alrededor se situaban los gremios más importantes y poderosos de la ciudad, como el de los orfebres. Las casas que se ven en la actualidad son de la época renacentista y barroca. Destacan la Casa Primarului y la casa del ciervo que recibe el nombre por la cabeza esculpida de este animal en tamaño natural.
Desde aquí ya obtenemos una imagen de uno de los iconos de la ciudad que es su Torre del Reloj- Turnul cu Ceas en la pequeña Piata Muzeului, es también conocida como la torre del ayuntamiento siendo uno de los edificios más altos de la ciudad ya que supera los sesenta metros de altura. Esta torre funcionaba también como puerta de acceso a la ciudadela y fue construida en el siglo XIV, aunque su aspecto actual es del siglo XVI.
Constituye una inmejorable atalaya para contemplar la ciudad desde las alturas y es uno de los monumentos más conocidos y visitados de Sighisoara. Originalmente fue la sede del consejo de la ciudad y guardaba el tesoro de la misma. El interior contiene el Museo de Historia de la Ciudad en varias plantas, incluida una sala de torturas. AQUÍ podéis ver el horario y precios de acceso.
El reloj de la torre es del siglo XVII, y es es toda una atracción con el carrillón con sus figuras preciosas, características de los relojes de Europa Central. No sabemos si en la actualidad en algún momento se pone en marcha porque en las horas que estuvimos allí no lo vimos funcionar.
En la misma Piata Muzeului encontramos la iglesia y monasterio dominico, Biserica Manastirii Dominicane. La iglesia fue construida en el siglo XIII formando parte del monasterio de los dominicos, asentándose así las primeras comunidades religiosas de la ciudad. Tras los ataques de los mongoles fue reconstruida en el siglo XV; el estilo barroco actual pertenece a las reformas realizadas en el XVIII. En la actualidad es una iglesia evangélica luterana.
Junto a la iglesia se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad y la oficina de información turística que se encuentra en la Casa Veneciana., llamada así por sus ventanas góticas. Pero si hay un edificio muy visitado, más incluso que la torre del reloj es la casa en la que vivió Vlad Dracul, entre 1431-1435. Este hombre intentó conquistar la región y se refugió en esta ciudad. Dicen que aquí nació su hijo Vlad Tepes en 1431. Como ya os contamos más arriba este personaje inspiró a Bram Stoker en el siglo XIX para crear su famosa novela Drácula. Un mito y un libro que se ha convertido en una ruta por toda Transilvania, algo sin mucho sentido ya que Stoker no visitó nunca la región.
Esta casa tiene en la actualidad un pequeño museo de armas, un restaurante, una pequeña terraza llena de flores en la que es un placer degustar un café. Te recibe un mural sobre el tema que nos ocupa y lo verdaderamente importante son los restos que quedan en el restaurante de la pintura original de la casa. En este momento del siglo XV es cuando aparece en la documentación por primera vez el nombre de Sighisoara.
Volvemos a la Piata Cetatii y subimos por la Str. Scolii que nos conduce a la colina de la ciudad o parte alta a través de Las escaleras de los estudiantes. Se trata de una escalera cubierta de madera que daba protección a los estudiantes de las inclemencias del tiempo. Fue construida de 1642 y tenía más de 300 escalones de los que en la actualidad quedan 175. Una vez arriba se encuentra la escuela y la iglesia de la colina. Nosotros nos saltamos este paso de los 175 escalones.
Desde aquí lo mejor es perderse por las pequeñas calles de la ciudad, empaparse de colores, de pequeños comercios que dejan al turista mirar sin acosarlo, de encontrar pequeños pasadizos cargados de flores y vegetación.
Recorrer la muralla que rodea la ciudadela contemplando las torres que formaban el sistema defensivo de la ciudad, es una buena opción para ir despidiéndose de la ciudad. Dos estas torres las podéis ver al inicio del relato, son la Turnul Croitorilor una de las más imponentes de la muralla y la Turnul Cizmarilor de planta exagonal que cierra uno de los vértices de la muralla.
Nuestro paseo terminó en una de las placitas con más encanto de la ciudad, situada un uno de los extremos de la misma. Halamos de Piata Cizmarilor con el mismo nombre que la torre, se encuentra la Iglesia Romana Católica del siglo XIX que fue parte del convento de los Franciscanos. Hay un pequeño parque donde se encuentra la escultura del poeta Sándor Petofi. También desde esta Plaza se obtiene una buena vista vista de la iglesia que se encuentra en la colina.
Aquí terminaba la visita de 3-4 horas a la bella ciudad medieval de Sighisoara, una ciudad para perderse y sentir en cada lugar el paso y el peso de la historia en estas tierras fronterizas. Continuábamos camino hacia Sibiel y Sibiu.