Zaragoza se ha convertido en nuestra ciudad de descanso en los trayectos de Madrid a la Costa Dorada, sobre todo cuando partimos un viernes después de trabajar ya que se nos resisten los 600km de camino. En esta última visita a Zaragoza decidimos dedicar la mañana a visitar el Palacio de la Aljafería.
La Aljafería de Zaragoza fue declarada monumento nacional de interés histórico artístico en 1931. En la mitad del siglo se le encarga las obras de rehabilitación y reconstrucción del edificio al arquitecto Iñiguez Almech, que trabaja en él durante más de 30 años. Tras su muerte otro equipo termina el trabajo.
En una parte del edificio se instalan las Cortes de Aragón, los arquitectos han huido de la inclusión de elementos históricos que pudieran producir equívocos con los restos originales. Diez siglos después, aquel palacio del monarca musulmán Al-Muqtadir continúa siendo, junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba, una de las joyas artísticas de la presencia musulmana en el sur de Europa. La UNESCO (http://whc.unesco.org/en/list/378/), en el año 2001, declaró Patrimonio de la Humanidad el arte mudéjar de Aragón, destacando que el palacio de la Aljafería es uno de los monumentos más representativos del mudéjar, que se ha convertido en el símbolo de la arquitectura civil aragonesa.
El Palacio de la Aljafería es en realidad un compendio de edificaciones y estilos arquitectónicos en los que destacan El Palacio Islámico, el Palacio Cristiano-Medieval y El Palacio de los Reyes Católicos; pero no podemos olvidar las transformaciones realizadas a finales del siglo XVI y por mandato de Felipe II se dotó al edificio de la muralla, el imponente foso y los baluartes.
El Palacio Islámico
El Palacio Islámico, origen del edificio, conserva parte de su primitivo recinto fortificado, de planta cuadrangular y reforzado por grandes torreones semicirculares, a los que se suma el volumen prismático de la torre del Trovador, cuya zona inferior, datada en el siglo IX, es el resto más antiguo del conjunto arquitectónico.
Este recinto alberga en su parte central unas construcciones residenciales que responden al modelo de tipología palacial islámica de influencia omeya, tal y como ya se había desarrollado en los palacios musulmanes del desierto, cuya cronología se remonta al siglo VIII.
El palacio taifal, con una delicada belleza ornamental, presenta un esquema compositivo a base de un gran patio rectangular, a cielo abierto y con una alberca en su lado sur; a continuación, dos pórticos laterales, con arquerías polilobuladas que actúan a modo de pantallas visuales, y, al fondo, unas estancias que en sus orígenes estaban destinadas para uso ceremonial y privado.
En el pórtico norte se encuentra un pequeño oratorio, de planta octogonal y de reducidas dimensiones, en cuyo interior se observa una fina y profusa decoración de yeso -con los típicos motivos de ataurique-, más unos fragmentos pictóricos, de tonos vivos y contrastados, de gran interés.
Estos logros artísticos se corresponden con las obras realizadas en la segunda mitad del siglo XI y no hacen sino reflejar la importancia cultural y el virtuosismo plástico de su corte. El palacio de la Aljafería supone una de las mayores cimas del arte hispanomusulmán, y sus aportaciones artísticas fueron retomadas en los Reales Alcázares de Sevilla y en la Alhambra de Granada.
El Palacio cristiano medieval
Tras la reconquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador en el año 118, se inició la andadura cristiana de la Aljafaría, convirtiéndose en el palacio de los monarcas aragoneses que llevaron a cabo la ampliación sucesiva del edificio. De este periodo destacan una serie de estancias correspondientes a salas del palacio del rey Pedro IV decoradas con unos espléndidos alfarjes, que son de vital importancia por ser foco de irradiación de formación del arte mudéjar aragonés.
El palacio de los Reyes Católicos
Fue levantado sobre la fábrica musulmana en el año 1492, con el fin de simbolizar el poder y prestigio de los monarcas. Consta de escalinata, galería y un conjunto de salas denominadas de los Pasos Perdidos más la sala del Trono. Impactan las techumbres de madera dorada y poclicromada.
Pero la historia del edificio no acaba aquí, ya mencionamos que la muralla exterior, el foso y los baluartes los mandó construir Felipe II. En el siglo XVIII-XIX se acondiciona como cuartel y todavía se conservan dos torreones neogóticos añadidos en la época de Isabel II.
El edificio impresiona tanto en su exterior como en el interior. En la visita guiada se puede acceder al Parlamento, en la libre no. Uno de los datos interesantes que nos contó la guía es que la Torre del Trovador sirvió de inspiración a que Giuseppe Verdi que desarrolló una parte de su romántica acción en la ópera Il Trovatore. O que el oratorio o nicho del mihrab fue usado como cocinas hasta el siglo XX.
En fin, la Aljafería ha vivido múltiples avatares, cambios y etapas en diez siglos de existencia. Pero hoy, ya concluidos los trabajos de restauración del monumento y habiéndole dado un uso, es un edificio vivo y abierto, un referente cultural, que acoge entre sus muros muchos secretos de vida.
Horarios de visita De Noviembre a Marzo Excepto jueves y viernes mañana Jueves tarde De Abril a Octubre
Por la mañana (*) De 10,00 a 14,00 horas
Visitas guiadas: 10,30 - 11,30 - 12,30 Por la tarde (*) De 16,30 a 20,00 horas
Visitas guiadas: 16,30 - 17,30 - 18,30 horas
* Debido a la actividad de las Cortes de Aragón, los días que se celebran sesiones plenarias no se puede visitar el palacio, excepto por parte de los grupos previamente concertados. Las sesiones plenarias se celebran los jueves, durante todo el día, y viernes, durante la mañana, pero no todas las semanas. Por ello, losjueves y viernes que no hay Pleno de las Cortes de Aragón el palacio permanece abierto a los visitantes. En los meses de enero, julio y agosto puede visitarse el Palacio todos los días con el horario ya señalado.
Las visitas guiadas, en los horarios de mañana y tarde, pueden efectuarse por cualquier visitante (excluidos los grupos), sin coste adicional al precio de la entrada. Hasta completar número máximo de plazas. Los días 25 de diciembre y 1 de enero no se puede visitar. El acceso al Palacio finaliza 30 minutos antes de la hora de cierre.
Grupos A partir de 20 personas. Visitas organizadas de grupos de lunes a sábado. Reservas: Tel. 976 28 96 85 - Fax 976 28 96 86. Tarifas General Adultos: 5 € Reducida Jubilados: 1 € Estudiantes: 1 € Titulares del Carné Joven: 1 € Grupos (> 20 pers.): 4 € Gratuita Domingos. Menores de 12 años. Personas en posesión de la tarjeta de demanda de empleo.
Y aquí os dejamos más información del Patrimonio de la Humanidad en Aragón para vuestra visita, que esperamos no os defraude(http://www.patrimonioculturaldearagon.com)
En Aragón existen varios ejemplos declarados Patrimonio Mundial: el Arte Mudéjar de Teruel (1986) ampliado al Mudéjar Aragonés (2001), el Camino de Santiago (1993), los Parques de Ordesa y Monte Perdido (1997) y el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo (1998). El 28 de noviembre de 1986 se incorporaron a la Lista de Patrimonio Mundial los monumentos más importantes de la Arquitectura Mudéjar de Teruel: torre, techumbre y cimborrio de la Catedral de Santa María de Mediavilla, la torre e iglesia de San Pedro, la torre de la iglesia del Salvador y la torre de la iglesia de San Martín. El Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, propuso a la UNESCO la ampliación a todo el Mudéjar de Aragón. Se aprobó el 14 de diciembre de 2001 declarando el Mudéjar de Aragón como "bien singular, universal e irreemplazable para la Humanidad" y ejemplificado en diversos monumentos: el Palacio de la Aljafería, la Seo del Salvador y la iglesia de San Pablo de Zaragoza, la Colegiata de Santa María de Calatayud, la iglesia de la Asunción de Cervera de la Cañada y la iglesia de Santa María de Tobed.
En Aragón existen varios ejemplos declarados Patrimonio Mundial: el Arte Mudéjar de Teruel (1986) ampliado al Mudéjar Aragonés (2001), el Camino de Santiago (1993), los Parques de Ordesa y Monte Perdido (1997) y el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo (1998).
